LA TROMPETISTA DE FALOPIO: octubre 2006



martes, octubre 31, 2006

Y SE HIZO LA PAZ EN OAXACA

Paz: 1. Ausencia de guerra. 2. Estado de concordia, de acuerdo entre los miembros de un grupo. 3. Sosiego, estado de la persona no agitada. 4. Calma, silencio, reposo. 5. Cese de las hostilidades; tratado que pone fin al estado de guerra.
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Es necesario creer que el interlocutor es estúpido, o es necesario serlo para declarar que hay paz cuando la policía militarizada ingresa y ocupa. No hay paz donde las tanquetas y los disparos y el gas pimienta. Miente el presidente cuando dice que el saldo es blanco, pero aun en ese caso no podríamos decir que se vive en paz, porque paz no hay cuando un disfuncionario público permanece en su cargo contra la voluntad popular. Si acaso se logrará cierto orden, mismo que consiste en la eliminación o el debilitamiento de un foco insurreccional. Retrocedemos a tiempos de cacicazgo, pues se empeña Ulises Ruiz en conservar su cargo, ello, a punta de tolete y a costa de muertos, heridos y presos políticos.
jueves, octubre 26, 2006

PERO ACUÉRDATE ACUÉRDATE ACUÉRDATE

Cuando tenía once años enfermé de varicela. Hubo epidemia en mi escuela poco antes de terminar el quinto año. Yo enfermé en las vacaciones y tuve que renunciar a un curso de verano. No pude nadar ni correr ni ponerme los patines. El aislamiento suele durar alrededor de quince días, pero como siempre he encarnado la exageración, durante mes y medio estuve llena de burbujas, tendida en la cama con mi facha de Reagan McNeil, mientras los niños vecinos retozaban, reían y rodaban en el patio. Los vi desde mi ventana.
Supongo que el verano de varicela fue el más aburrido. Sin embargo, por alguna causa guardo buenos recuerdos. Mamá me cepillaba el cabello. Juguetes, crucigramas, paletas de grosella, caricaturas y líos de alambre, ya sabes, esos acertijos metálicos que consisten en separar una figura de otra. Qué misterio es la memoria. De mis relaciones tormentosas, casi no recuerdo los tormentos, en cambio vienen a mi mente lugares y cosas. Esquina con Motolinía, puentes peatonales, una fuente, fast food, cigarros, cine a cuatro cuadras de mi antigua casa, Dunkin Donuts, tenis rojos, una canción. I'm not like them / but I can pretend / the sun is gone /but I have a light /the day is done/ but I'm having fun /I think I'm dumb /or maybe just happy.
La memoria es parcial y tramposa. La memoria distorsiona. Lo que un día fue enfadoso adquiere encanto al recordarse, lo que un día fue trivial fue detalle con el tiempo se torna muy grande. La memoria colorea.
martes, octubre 24, 2006

KEEP OUT!


La noticia “tendremos visitas durante un par de días” me hace llorar y no de gusto. Se anudan las tripas. Tiembla el párpado izquierdo. Por falta de hospitalidad iré al infierno con todo y mis huaraches. No, pensemos las cosas en términos menos infantiles, menos cristianos. No soy una mala persona, soy una neurótica. Eso y también hija única. El autor de mis días es un sacristán y cada miércoles lo veo donde mismo. A esta hora debe estar apagando cirios. Me gusta vivir con mi madre. Estoy acostumbrada a deambular por el departamento cual Eva o en fachas que hacen aullar a los perros. Estoy acostumbrada a tener todas las luces encendidas, a abrir el refrigerador en deshoras, a recibir llamadas obscenas. Mi modus vivendi se trastoca cuando tengo visitas y tengo visitas ahora. Parientes. Los quiero pero de lejos. Con sabiduría habló Juan Gabriel al decir que es más fuerte la costumbre que el amor.
No estoy hecha para la vida colectiva. Por fortuna no he sido invitada a unirme a una comuna. Tampoco he recibido propuesta matrimonial, pero si algún día la recibo tendré una condición: recámara propia, individual, en cuya puerta cuelgue un letrero que rece:

Algo así como una fe de erratas: ¿Cómo que "luces encendidas"? ¿Acaso existen las luces apagadas?
domingo, octubre 22, 2006

ODA A LA HARINA. O JUGARRETA PARA COMEDORES COMPULSIVOS

Puedo resistir la tentación de gastar el dinero que no tengo en cosas que no necesito, de pellizcar un infante, de hacer desfiguros. Pero no hay receta médica, ni advertencia amiga, ni regaño materno que logre alejarme de los placeres farináceos. Si es necesario pagaré el precio de entrar en carnes. Todo sea por el polvo que muta en muégano, muertorta, tarta y tortilla; si la amasa mi tía Manuela empanadas aparecen, si la amasa Margarita mi abuela buñuelos tenemos o tamales a veces. Cómo me gusta la harina. Hada blanca. Deviene fritura, viernes con lluvia, pura contentura.
miércoles, octubre 18, 2006

ESE CHANGO ME ENGORILA

Grandes egos se encuentran en todas partes, sin embargo créeme que ego filosofoide mata cualquier otro ego. Me incluyo, no voy a hacerme la del ego chiquito. Pero no estamos hablando de mí. Yo sólo alardeo para mis adentros. Pero no estamos hablando de mí.
Quienes no desertamos de la carrera nos hemos acostumbrado a pavoneos de compañeros. No obstante, hay límites, señores. Ese chango me engorila chocante filosoide. Arrebata la palabra a los profesores, así, sin alzar la mano sin decir azufre va, nos mira como pupilos, alza la voz ¿por qué tanto? Reitera recita malcita malvibra malversa con pomposidad, porque ah, cómo ha de quedarse guardado en la caja, no acaparar la clase, hacernos un favor. El otro día Profesora dijo es el caso del Quijote, de modo automático ese chocoso chango comenzó a recitar las primeras líneas de la obra; menos mal que Profesora no dijo es el caso de Priscila y sus balas de plata. Pierna cruzada, mano en la barbilla, sorbitos de café. El otro día me cedió el paso con una sonrisa. Fingí que soy muy seria, que no sonrío.
De cualquier manera, tales desaguisados son posibles porque hay catedráticos que dan vuelo a fanfarrones. Cuando sea grande, cuando sea profesora, a quien quiera dárselas de muy acá le haré cantar un candadito nos vamos a poner, el que se lo quite va a perder. Eso o llevaré conmigo una engrapadora.
lunes, octubre 16, 2006

DE BRUJAS, CERROS E IMPROVISACIONES

Reservé la habitación con tres semanas de anticipación, pero al llegar la encargada me dijo no dice dice es que no me faxeó la ficha de depósito dice y que agarra y que dice: la habitación ya está ocupada. Yo quería pasar el fin de semana en ese lugar por misterioso que es. Cuestión de perspectivas. Algunos ven meros cerros. Otros dicen esto es cosa de ovnis o acaso del demonio. Yo también veo formas inverosímiles. En el día veo abundancia de alzaduras, de templos, de flores amarillas. En la noche veo negrura, crestas recortadas en negrura y brujas que andan en las crestas recortadas en negrura.
De puro patanes mis amigos estuvieron duro y dale, que eso me pasa por planear tanto, que hay que improvisar, que ya ves, te lo dije y así. No desaprovechan la oportunidad de echarme algo en cara. Por fortuna, amorosamente Alejandro nos acogió en su casa de Cocoyoco. Llovió tanto que ríete del arca de Noé. No obstante la pasamos felicitos. Comimos como puercos en engorda, nadé con espasmos de frío, bebimos pero no cual cosacos, aprendí a jugar ping - pong (bueno, casi, casi ) y al otro día volvimos a Tlayacapan por un par de artesanías.
Conclusiones
- Con Pepe el Toro o con los amigos jicotillos, Cocoyoco y Tlayacapan son la onda. Más aun con Pepe el Toro, pero como quien dice: ya lo pasao, pisao.
- Con improvisación o con planes, el busilis es pasársela felicitos.
Moraleja:
- No por darle al tilín le des al tolón.

jueves, octubre 12, 2006

SALA DE ARMAS

Me explicaron lo del ácido. Al día siguiente se cristaliza el ácido láctico segregado; por eso duele tanto, por eso, porque al tensar el músculo uno está siendo microacuchillado. Sé que al enfrentarse es incendiado todo se calcina el entorno se anula el cuerpo combatiente, no hay dolor, no hay pálpito ni sed no hay más que un combate. También sé que al salir de la sala de armas, ya derrotado o invicto, uno lleva consigo juglar y ligero aleteo entre la espalda y el pecho.
domingo, octubre 08, 2006

EL TERRIBLE CASO DEL PRÓFUGO EN CASA

Esta historia ocurrió hace dos millones de años, cuando usaba copete y en la escuela me apodaban “Pequilla.” Solía acercarme a los bichos pegajosos, ojimúltiples, alados, orejilargos, escamosos, culebreantes y peludos. Veracruz, Guerrero y la casa de mis chilangos abuelos, ahí me daba vuelo atrapando toda clase de insectos. En mi casa jugaba las cosas que pueden jugarse en el asfalto y en un pedacito de pasto; casi nunca pasaba frente mío algo distinto de una mosca o de una araña. Pero un día, jugando en el patio me encontré con cierto ser inverosímil. No era hormiga, pero se parecía. Naranja, acorazado y con ojos de chino. Era tan feo que decidí llevarlo en un frasco a mi habitación.
Subo las escaleras, llego al departamento, muestro el hallazgo a mis padres y me dicen nanay, déjalo donde lo encontraste que puede escaparse aquí dentro. Profetas. Claro que no obedecí, claro que minutos más tarde cayó el frasco, se abrió la tapa y el bicho corrió a esconderse bajo mi cama. Por primera vez sentí que iba a desmayarme. Con mi cara de cirio salí a decir ya se escapó. Mi madre tomó a nuestra perrita ratonera en brazos, presurosa se encerró en un cuarto y dijo háganse bolas ustedes. Como si el prófugo no fuese un stenopelmatus fuscus, sino un asesino serial de mamás o un alien o un monstruo verrugoso.
Qué operativo, mi alma, qué operativo tuvimos que llevar a cabo mi padre y yo. Buscamos al prófugo, lo succionamos con la aspiradora, lo sacamos a empellones del tubo aspirador, lo pisamos, re pisamos y no se moría. Los "cara de ñiño" o "grillos de Jerusalén" son duros como cáscara de nuez. Bueno, para ser franca, yo no participé activamente en el operativo de papá, sólo fui un apoyo moral, pues mordiéndome las uñas dije una y otra vez no lo vuelvo a hacer.
jueves, octubre 05, 2006

EL BLOG FELIZ O QUE NADIE SEPA MI SUFRIR

Coincido con Diana: un blog resalta determinado aspecto de su autor, de modo que se puede andar por la blogósfera simulando que uno es demasiado soez, demasiado feliz, demasiado oscuro o demasiado barroco. A mí me da por escribir barroquerías, nunca tristes sino autoparódicas. Y no es que siempre esté contenta. De vez en cuando quiero escribir que aquí apesta a perro muerto, pero no lo hago, por una parte porque a los lectores les importa un pito si me veo en las de Caín; por otra parte, qué necesidad hay de apabullar a los otros con los problemas propios. Horror. La realidad se escinde en lo posteable y lo no posteable.
Supón que un día de éstos me vale madre lo que prefieren los lectores y me digo que si el blog es mío entonces puedo escribir triste como una Madgalena, y contar lo que me venga en gana. Pues no, tampoco puedo hacerlo, porque si cuento las cosas concretas y feas que siento, entonces mencionaré a mis conocidos, los de carne. Horror. También ellos me visitan aquí, de manera que se sentirían balconeados o peor aún: con preocupación. Sólo una vez escribí que lloraría hasta marchitarme y entonces me llegaron mails y llamadas y cuéntame qué pasóooo. Caray, parece que las cosas no pueden quedarse aquí.
Quizás la opción es escindirme, fragmentarme aun más, puedo, por ejemplo, adoptar un nuevo seudónimo y abrir un blog para relatar mis fantasías sexuales y otro para balconear. Pero primero puedo inaugurar uno destinado a rasgarme las vestiduras, al fin y al cabo siempre he tenido el corazón fuera de las costillas
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miércoles, octubre 04, 2006

LA VERÍDICA HISTORIA DE CÓMO FUI CRIADA POR LOBAS

Yo estudié en una escuela católica. Nueve años de mi vida dedicados a cantar el ángelus y hacer confesión de mis pecados. Primero los infantiles, que sí que me robé un dulce en la tienda de abarrotes. Luego los adolescentes, cómo explicarle... cof, cof, tuve un extraño sueño con mi profesor de historia. Rezábamos dos veces al día escolar. Qué esperabas, mi papá casi culminó sus estudios sacerdotales.
Con las monjas aprendí un montón de cosas, pero no tuve necesidad de aplicarlas después, ya sabes: hacer márgenes, ser puntual, lucrar con la fe, obedecer, cubrir las rodillas, forrar cuadernos, bolear los zapatos. Ya ni zapatos uso. Sin embargo, lo que más recuerdo son las lecciones en torno al cuerpo. Estudié el catecismo a los ocho años. Fue entonces cuando la Madre Magdalena dijo que es pecado verse el cuerpo al bañarse y ahí me tienes: bajo la regadera con los ojos cerrados. También dijo que las parejas que se besan están fornicando y que fornicar es pecado. Qué confusiones que me causó. Por fortuna, aquella vez mi mamá pagó una especie de curso correctivo, con una catequista onda open mind.
En la adolescencia la cosa se puso peor. Cada determinado tiempo iban dos personas a impartir una plática. El señor se llevaba a los chicos y les enseñaba cosas prácticas, tales como el uso del condón. A nosotras, la señora nos decía que no hay cosa más valiosa que la virginidad. Debemos guardar la perla, el tesoro, la flor. En una ocasión la madre Socorrito aprovechó para añadir que los hombres son como planchas, una vez conectadas se calientan y ahí te quiero ver. En eso no se equivocó.
Como dijo el sabio Juan Gabriel: no te miento, fui feliz. Luego vino el salto. Del colegio franciscano al CCH Sur. La UNAM dio al traste con lo aprendido en torno al cuerpo, la obediencia, las pasiones y el amor. Dio al traste en gran parte y en parte no. De repente encuentro en mí un nosequé de abnegación.

domingo, octubre 01, 2006

FANTASÍAS RECURRENTES

Siempre la misma fantasía. Al menos siempre que se repite la situación. Es que me enerva, me engorila, me pone punk. Imagino que uso un pasamontañas, atravieso el patio, salto la tapia, desenvaino el florete y digo ora si hijos de su tal por cual, le bajan a su escándalo o les saco los ojos. Más tarde recapacito y veo que con mi metro cincuenta y ocho de estatura no intimidaría ni a un ratón. Si fuera robusta. No, ni así, en estos tiempos nadie teme a un florete. Frente al mismo agravio me he soñado lanzando bombas molotov, pero al final concluyo que no estoy dimensionando justamente. Bastarían cohetones.
En otra ocasión hice un poco más que fantasear. No se trataba del escándalo cercano, sino de un trailer que durante dos meses fue estacionado frente a la unidad. Los vecinos decían sí es el colmo, ya ni la amuelan y juntaban firmas y hablaban con las autoridades y nada que ocurría. Yo estaba fúrica, porque al asomar por la ventana, en vez de verdor veía una enorme caja laminada sobre cuatro ruedas. Entonces, muy seria, le propuse a mi madre:
- Vamos a poncharle las llantas.
- Jijiji.
- Estoy hablando en serio. Nadie sospecharía de nosotras.
- Jijiji. Ay m’ija siempre con tus chascarrillos.
- Pucha.
También les pedí a mis amigos que me ayudaran con esa tarea. También se rieron mucho. Al final triunfó la vía pacífica, el trailer se fue y vivimos felices por siempre jamás... hasta que llegó el circo. Ahora veo verdor, rayas y foquitos. Paso la tarde escuchando últimos días del circo, magia, luces, fantasía y fantaseo con hacer de la ventana un centro de francotiradora.