LA TROMPETISTA DE FALOPIO: abril 2007



lunes, abril 30, 2007

EL DOCUMENTAL QUE VI

Sé que cada día se cometen actos de violencia, lo sé en un nivel abstracto. Más que la crónica o el reportaje, el documental tiende a encarnar lo que en la cotidianidad no aparece o aparece como cifra estadística. Cuando un trabajo de este género muestra situaciones de violencia, obliga, por decirlo de algún modo, a mirar de cara la afección ajena. Descenso de la discusión política y filosófica a la vivencia de lo particular, descenso pero no abandono de lo abstracto, tal ha sido mi experiencia con algunos documentales.
Mujeres indígenas, oaxaqueñas, son utilizadas para el narcomenudeo. Alguien les ofrece un trabajo en la capital, las conduce al autobús, les encarga unas maletas, la policía revisa el contenido y encuentra mota. Sin saber leer, ellas son obligadas a firmar documentos; no cuentan con el apoyo de un abogado, se les lleva a juicio sin que entiendan un pito porque no hablan castellano y finalmente son condenadas a muchos años de prisión. El documental que vi sacó a la luz esta situación. Reacción: gente prestó ojos, oídos, colaboración. Resultado: la mayoría de las mujeres que ahí aparecieron fueron puestas en libertad. Mire nomás, el género documental no sólo muestra, sino que puede lograr efectos concretos.
Los acercamientos a problemas particulares son condiciones de posibilidad para acciones del mismo orden. No hablo de vías políticas esta vez. Conozco una persona que en su madurez se asqueó de la militancia y optó por hacer otras cosas, como dar clase en una secundaria dejada de la mano de dios, pugnar por la construcción de una biblioteca y de una cooperativa, mediar la pelea entre pandillas. Comparto algunas razones para no militar en ciertos grupos políticos, pero me parece que tiene sentido y que rinde frutos el sumarse a proyectos concretos. Aún no lo he hecho, creo que siempre encuentro un buen pretexto. Cito a les Luthiers: "no soy una completa inútil, por lo menos sirvo de mal ejemplo."
domingo, abril 22, 2007

EN MIS TENIS TE HAS DE VER

Cuando procuro ser trágica, parezco doncella de novela caballeresca, pues tiro de mis cabellos, retuerzo las manos, me santiguo y sufro desmayos, con lo cual continúo confinada en la comedia. Otras ocasiones pretendo impresionar a quienes admiro y los impresiono, pero no con lúcidas ideas sino con trastabillas, tartamudeos y risas nasales, convulsivas. No es voluntaria mi tendencia a lo ridículo. El azar ha sido factor determinante; varias veces, por ejemplo, al hacer uso de mi lengua viperina he hallado a mis espaldas al objeto de mi habladuría. Qué decir de la tarde en que un muchacho coqueteábame, de pronto olas bravas me arrollaron y me zambullí y rodé hasta quedar tendida de panza sobre la arena. Podría hacer una taxonomía de momentos chuscos que he protagonizado, pero baste relatar el colosal.
Hubo un curso coreográfico en la secundaria. Las chicas de primero "A" entraron al patio con idéntico atuendo. Puestas las minifaldas bailaron si la morena quiere más, si la morena pide más tú dale lo que quiera, candela, candela, ora giraban, ora aplaudían, ora lanzaban los pompones y las pompis movían. Tal fue su sincronía que las monjas no se escandalizaron frente a los licenciosos movimientos que presenciaron.
Llegó nuestro turno. Uniformes eran nuestras blusas, en cambio había faldas azul marino, metálico, cielo; con tablón ésta, con holán aquella, una con la bastilla a medio muslo, otra bajo las rodillas. ¿Qué podíamos hacer frente a La morena? Con un público de quinientas personas, en el centro de patio quedamos paralizadas. De pronto una compañera, muy pintada, regordeta, nos guiñó el ojo y comenzó la ecológica coreografía, cuya canción era S.O.S la vida en peligro. Creía pensar pero dije a grito pelón: ¡Ya vámonos! Y tiré mis pompones y corrí a llorar en el baño.
Al año siguiente algunos representamos La lápida sagrada, obra de mi autoría, todo salió al revés. También competimos con otras escuelas en un concurso de oratoria, no ganamos. Y en tercero, de nuevo en medio del patio algunas chicas cantamos trumpets sound and angels sing, listen to what they say, that man will live for evermore because of Christmas day. Figúrense que dignos y dulces me parecen aquellos momentos comparados con la experiencia porrista, remembranza que me atormenta hasta estos días.
Dato ilustrativo:
Ya que estamos en esto de los chuscos asuntos, es mi deber publicar las fotos de los calcetines que usa el Gran Fornicador. Pique la siguiente palabra: calcetirso.
Asimismo, se invita al auditorio a ver el video que el criminal catedrático subió a su página. Jojorojijiri, partido de filosófos. Griegos contra alemanes.
martes, abril 17, 2007

UN EJERCICIO MIMÉTICO

Adivina adivinador, reto al compañero lector: diga usted quién es el estelar de nuestra historia. Y al que se dedica a otros menesteres le anuncio: éste es un ejercicio pedagógico, para mostrar cómo no se debe dar una clase. Nada invento, nomás imito cual mono cilindrero. Tercera llamada y comenzamos.
Pupilo A: O sea: tengo que exponer un análisis menganiano sobre "Mujercitas." Muy bien. Pero nunca he leído a Mengano ¿en qué texto voy a basarme?
Profesor: No te apures. Tú lee "Mujercitas" y expón lo que llame tu atención, lo que de modo intuitivo te parezca menganiano, lo que te haga decir: ajúa. De cualquier manera, voy a ayudarte con una introducción.
(Toma un sorbo de café, mira en lontananza a través de la ventana y se dirige al grupo.)
Mengano era un tipo loquísimo, discípulo de un yugoslavo, no recuerdo su nombre , pero no duden que también estaba loquísimo ¿eh? Y bueno, Mengano creció en el seno de una familia puritana, era reprimido de un modo que híjole. De hecho narra sus traumáticas vivencias infantiles a lo largo de su obra, principalmente en las cartas a aquel amigo suyo, poeta, llamado (cruza la pierna y apoya pulgar, índice y medio sobre su frente) Jörg, Jörn ¿Jürgen? ¿Alguien lo recuerda? Seguramente sí lo han leído porque escribió unos poemas padrísimos. En fin, Mengano, como casi todos los genios fue... genial y sufrió y finalmente optó por el suicidio. Para ser franco a ciencia cierta no recuerdo si se suicidó o si fue asesinado por su amante, pintora ella, famosa (se dirige a un alumno), quizá tú recuerdes su apellido, porque yo en este momento lamentablemente no.
En fin. Entremos en su teoría, cuyo punto de partida es aquello vive muriendo, que termina comenzando, que se niega aceptándose, o sea: el pathos, el padecimiento. Mengano estudió unos casos bien pirados, como el de una mujer que creía ser Napoleón Bonaparte. Convulsionaba de vez en cuando. Al respecto escribió dos tratados que uf. Es que cuando no hay padecimiento no hay vida, como les ocurre a las vaqueritas de Dallas ¿no? siempre en su fantasía de todo es cool, ah, las vaqueritas de Dallas (suspira).
Pupilo A: No sé si me desvíe del tema. Pero quiero compartir la experiencia con el grupo: una vez me picó un alacrán colorado. Desde entonces me angustio cada que veo un artrópodo y siento un padecimiento en mi alma.
Profesor: Eso que dices es curioso, interesantísimo. Creo que ilustra el punto. ¿O alguien tiene una duda?
Pupilo B: Sí. ¿Podemos pasar la hoja de asistencia de una vez?
domingo, abril 15, 2007

CRÓNICA EXPRESS

A punto estoy de caer rendida, de dormir como bendita. Pero primero, mareada quiero escribir, mas no futilidades filosofoides, ni otras trivialidades. Entremos en materias superiores.
En parte acudí con el fin de escuchar lamentos de almas atormentadas. Pero miren ustedes lo que dice mi folleto: "estos sótanos no son calabozos para castigo, como algunos han creído." Cándida de mí. Así que ahí no fueron torturados los monjes, sino que tales túneles son una obra hidráulica de tétrico aspecto, vil desagüe al fin y al cabo. Ah, pero cómo reímos. Sevcho ¿dónde estás que no te veo? pregunté con mi vela apagada y él contestó con voz de fantasma: debes seguir sin mí-uiui, pero dale a mi madre un mensaje-eee. Comediantes, cada minuto sueltan un chascarrillo. Son buenos como el pan, mis cuates, eso que ni qué, hasta madrugaron para que juntos festejaramos en el desierto de los leones.
A punto estoy de caer, rendida y contenta, pues caminamos donde los arcos y los jardines y brindamos y comimos como descosidos. Entre tanta presencia intermitente, qué alivio me causa lo que permanece, como los bellos lugares, como los amigos.
Consideraciones finales:
- Y para no variar, los expertos tomaron las fotos y me las harán llegar doscientos años después.
- Agradezco la intención y el previo abrazo de quienes no pudieron ir.
- Un agradecimiento especial a Janik y a Bandala.
martes, abril 10, 2007

EN LA FRESCA Y PERFUMADA MAÑANITA...

Llegó el domingo sin gota alguna. Tres días de carestía. Con lo que me gustaba ondear el agua y lavarme la cara. Ella se quejaba, doliente, yo le decía: ya voy. Pero nada que iba. Abuelo dejó a un lado su herejía y rezó en una capilla. Abuela, tíos, tías, todos se mordían las uñas. Mi papá, genuino hombre de hojalata, sintió dentro algo parecido a un corazón. Pobres. Ya nos hacían en el otro mundo. Toc toc ¿Está san Pedro? Por ventura, en la madrugada del cuarto día, un médico tuvo piedad y me sacó de ahí con sus pinzas panaderas. Parto de cuatro días. Un nacimiento el once de abril. Para puntualizar: hace veinticuatro primaveras.
Qué puedo decir. Dentro estaba a gusto, tenía motivos para no salir al mundo. Pero salí y la he pasado de maravilla y la he pasado terrible. En ocasiones soy cruel como un barbaján, pero de vez en cuando tengo destellos de bondad. En la vida todo oscila ¿que no? El clima, la suerte, el amor, las presencias, el ánimo propio. No haré un recuento de cosas ni de acontecimientos. Mis recuerdos no son cuantificables, pero sí cuentificables. Les cuento que cuando era niña, recién había celebrado mi cumpleaños, me ponía a planear el jolgorio del año entrante. Recuerdo un payaso, disfraces, un mago. Aquí entre nos, aunque mi vestido no fue rosa ni bombacho, la mera verdad es que celebré mis quince años; violeta fue el atuendo, los globos, serpentinas, listones y envolturas de regalo, pues tal era mi color favorito y colmo de colmos: abuela sembró muchas flores violáceas para adornar el jardín.
Este año no habrá vals, pero sí espantasuegras y cerveza. Hay que celebrar lo que viene. Si no soy planchada por un pumabus, me titularé a los veinticuatro años , aunque sobrevenga la dermatitis mientras escribo la tesis, aunque sufra un vahído en pleno examen profesional; vendrá el título y un trabajo de verdad y muchas cosas más. Hay que celebrar lo que ya es. Charlas con personas que admiro a montones y que antes muy lejanas parecían; mis primos costeños, las personas que este espacio me ha traído, bellos secretos, la amiga que es mi sócrates de armario, las fiestas, los compadres, los tobías y el viernes panda en la cafetería. (1)
Pues dice Tirso que los viernes nos reunimos para estar como pandas, o sea, mordiendo plácidamente un bambú.
domingo, abril 08, 2007

DEL ANECDOTARIO

Visito a mi madrina. Casa número dos. Toda numeración me confunde. Hay dos opciones: contar de la pared hacia la caseta o al revés, yo creo que la primera opción es plausible. ¿Lo Ven? La puerta está abierta porque ella me espera. Entro a la estancia, me siento en el sillón y a un muchacho pregunto:
- ¿Dónde está Elsy?
- Elsy vive en la casa de junto.
***
Tenía alrededor de diez años. Jugaba en el patio del condominio que habitábamos. Cuando le vi a entrar, qué contento sentí dentro; ha llegado temprano, creí, todavía no anochece y él ya está aquí. Con los brazos como alerones corrimos uno hacia el otro, pero nos detuvimos al vernos más cerca.
- Disculpe, creí que era mi papá.
- Y yo creí que eras Paulina.
martes, abril 03, 2007

NO HAY TOS CON LA TESIS

Siempre vi en lontananza la idea de escribir una tesis, ello con el entusiasmo propio de un cuando sea grande... De pronto, sópilas pichón, estoy en décimo semestre, aún cursando clases, angustiada por el período de extraordinarios, sin un servicio social realizado y con mis padres parados en la punta de mis presiones, ambos con el ceño fruncido, sosteniendo una manta que a la letra dice: un semestre más y te levantamos la canasta, m’ijita. A los jefaturos contesto: no hay tos, en eso estoy.
Hace poco tuve que exponer avances en el seminario de tesis. En sesiones pasadas algunos expositores fueron increpados, de un modo que ¡ay nanita! Por eso, al llegar mi turno me puse casco y rodilleras ¿saben ustedes quién me confrontó? Nadie. Mis compañeros pusieron cara de mojarra y minutos más tarde perdí su atención. Cuando pregunté si eran comprensibles mis palabras, las miradas se fijaron en el suelo. A nadie en ese salón mugroso le importó Lukács. Debí gritar una provocadora frase, por ejemplo: aquí en la facultad se lee puro pinche jaideguer, así es esto de las modas.
De cualquier manera, convencida de su vigencia filosófica, estos días contenta y tortuga estuve trabajando mi tema, que es el concepto de mímesis en la estética del mentado Jorge Lucas. Pero más contenta estoy ahora. Figúrense que en el congreso filosófico del año antepasado, al escuchar una ponencia pensé: qué grande. Figúrense que busqué al ponente para pedirle que me apoyara como asesor y figúrense que aceptó. Quien toca el piano y al tiempo canta letras de Brecht, es con necesidad categórica un hombre de bien. Mi proyecto adquiere forma. Sé que casi nadie leerá mi tesis, pero qué más da si su hechura rinde frutos de satisfacción.
Apéndice: no me vengan con que luego todo se pondrá color hormiga, el entusiasmo se irá y me llenaré de canas sin avanzar en la tesis. No oigo no oigo soy de palo tengo orejas de pescado.