LA TROMPETISTA DE FALOPIO: enero 2011



sábado, enero 29, 2011

A MI PAPÁ

Yo no me acuerdo, pero Carmelita dice que mi primera palabra y mi primer beso fueron para mi papá. Tengo muchas fotos con él en mis primeros años: en la playa, en la casa, de paseo. Sin embargo, por alguna sinrazón, su paternidad se convirtió en una tiranía que duró diez años. Nuestra relación durante mi adolescencia se resume en una palabra: guerra.

Recuerdo la primera vez que vi a mi papá después del divorcio. Habían pasado algunas semanas desde que se fue de la casa. Yo tenía 16 años, y él me visitó. Se sentó en un sillón frente a mí, pasamos una hora en silencio y se despidió. No teníamos qué decir. Realmente no nos conocíamos. Meses después le dio por llevarme a ver herramientas al supermercado e invitarme una hamburguesa.

Han pasado once años desde entonces. Once años en los que nos hemos visto un día por semana. Ahora comemos en el mejor lugar en el que hemos comido juntos, y al hacerlo hablamos sobre misterios de la ciencia, historias de miedo, animales, luchas históricas, política, noticias, y sobre las cosas cotidianas o importantes que nos pasan. De vez en cuando me aconseja, e invariablemente me regala obleas con cajeta, caramelos o un chocolate; supongo que lo hace porque sabe que me debe muchos dulces, todos los de la infancia. Estoy contenta con estos cambios, pues me hacen creer que nunca es tarde para dar y recibir, para hacer las paces, recuperar lo que se perdió hace tanto tiempo y reconstruir.

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