LA TROMPETISTA DE FALOPIO: febrero 2008



lunes, febrero 25, 2008

POST EXPRESS

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Gracias a Miguel Tormentas conseguí un empleo. Impartiré tres materias a preparatorianos; una de ellas es Lógica. Que me asistan la razón y la tolerancia y la resistencia a la frustración y el santo del modus ponendo ponens. Con decirles que tiré mis copias de Lógica, pues creí que en adelante no tendría que vérmelas con esa señora. ¡Ah méndiga ironía!
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María preescolar tiene un nosequé balsámico y maravilloso. Anunció que me contaría un secreto, luego dijo en mi oído: "le pedí a Chucho que cuando yo entre al agua me convierta en sirena, cuando salga en mariposa y cuando duerma sea humana."

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viernes, febrero 22, 2008

SOBRE EL FIN, LOS MEDIOS Y EL MÉNDIGO INCONSCIENTE.

A Rafita, porque es un kantiano empedernido y a todas márgaras.
Es muy conocida la tesis kantiana según la cual quien quiere el fin, quiere los medios. Así, por ejemplo, quien quiere dejar de fumar, quiere el medio, luego entonces va a la farmacia y compra un parche de nicotina. Será el sereno, pero a mí me ocurre algo extraño: aveces quiero lograr tal cosa, pero hago todo lo posible por no conseguirla.
Pongamos otro ejemplo: muchos deseamos titularnos, para ello necesitamos escribir una tesis, pero resulta que nos atoramos en ese paso; no es flojera, porque a pesar de ella cubrimos créditos, hicimos un servicio social y harta tramitología. Tampoco es falta de tiempo, a quién le queremos ver la cara de tarugo. Generalmente los motivos son otros: uno teme el fracaso chambístico, transitar a otra etapa, despegarse de las enaguas maternas, qué sé yo.
El punto es que uno se sabotea. ¿Qué ocurre entonces? Sigamos con el ejemplo. Quizá inconscientemente uno desea rolar, pero se autoengaña diciendo que desea un título, en este caso resulta ilesa la idea kantiana: uno no toma los medios para titularse puesto que en realidad no desea ese fin. O acaso (y esto es lo que creo) uno realmente quiere el fin, pero al mismo tiempo es tironeado por pulsiones contrarias e inconscientes ¿dichas pulsiones son deseos? Porque en tal caso, parece que podemos querer un fin y su sabotaje a la vez. A saber.

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lunes, febrero 18, 2008

LA FLOR NARANJA DE ORIGAMI

Para A.


A mí que no me vengan con discursos en torno a la edad y la geografía vueltas pero. Mis polainas. Sobre todo me disgusta lo primero, pues me parece que las distancias importantes no se miden en años; tampoco creo que la claridad o el ingenio sean exclusivas de ciertas edades. Mírate un poco, no te permitían cantar en los bares porque te faltaban credenciales de adulto; apenas las recibes, quieres mudarte a Buenos Aires. Que tengas un buen viaje. Mírate, ya estás hecho. Estás hecho con alas y cuerdas sonoras.
He guardado en mi blusa las palabras y la flor naranja de origami, gentil A, tal vez me pondré tristenta cuando te hayas marchado; mientras tanto quiero pedirte algunas cosas, que no requieren gran esfuerzo ni van contra tu voluntad: Deja de mofarte de mi estatura y alcánzame los libros de estantes altos. Despromete. Oblígame a bailar, si reacia argumento que no es el lugar adecuado para hacerlo. Dibuja duendes en mis manos. Cántame. Y cada vez que ría contigo, bésame la comisura de los labios.


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miércoles, febrero 13, 2008

EL FANTASMA DEL SHAMPOO. UNA HISTORIA IMPÍA.

En este espacio casi siempre relato historias moralmente loables. Mas no lo hago porque mi vida sea un dechado de candidez y rectitud, sino porque mi mamá dio la dirección de este blog a sus amigas, compañeras, e incluso al don que atendía el café internet que solíamos visitar. No obstante, hoy he decidido escribir sobre una vieja costumbre impía. Carmelupe: si lees esto no dejes de tener en alta estima al que fue tu mejor yerno, tampoco me chanclees.
Once upon a time, cuando yo no cumplía la mayoría de edad, tuve un novio con el que duré toda la vida, que fue un total de dos años y medio. Nos veíamos al llegar a la escuela, entre clases, a la salida y luego pasábamos la tarde juntos, rolando o en mi casa. Una vez hacíamos en mi cuarto las cosas de la naturaleza; de pronto escuchamos pasos, era mi madre. Dije al novio aquel: ¡ja jijos! escóndete bajo la cama. Él obedeció. Luego salí, saludé a mi jefa, pretexté que tenía sueño y volví a mi habitación. Más tarde que temprano, logré sacar al sujeto. Sin embargo, vimos que aquel método emergente podía convertirse en una estrategia para estar más tiempo juntos.
Procedí a descomponer la manija de mi puerta, de modo que sólo pudiese abrirse desde dentro. Así pues, en múltiples ocasiones, yo gritaba en la entrada “adiós cuchecito, te vas con cuidado” mientras él volvía de puntillas a mi habitación. Una tarde mi mamá me invitó al cine. No quise negarme, así que me despedí del cuchecito. Cuando volvimos, mi madre vio desde el patio que la luz del baño estaba encendida. Ambas subimos el edificio. Yo pisaba cuan fuerte era posible para anunciar nuestra llegada. El novio captó el mensaje y volvió a su escondite. Cuando entramos al departamento la luz estaba apagada. Pobre Carmelupe, creyó que había un fantasma, el fantasma que cambiaba de lugar el shampoo, se comía el pan dulce y hacía ruidos en mi habitación.
De cualquier manera, con el paso del tiempo senté cabeza; me uní a las carmelitas descalzas, y actualmente expío mis culpas en un convento.

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sábado, febrero 09, 2008

EL PATRIARCA

Hay gente que nació vieja. Otros al contrario, encanecidos le entran con sabor al juego, los amores, el vacilón y hasta la chamba. Es una fortuna crecer al lado de alguien así, máxime si comparte con uno las cosas que ha aprendido. De cualquier manera, aunque el entusiasmo perdure, el cuerpo se acaba. Así, el patriarca comienza a respirar con trabajo, por tanto estar en casa se pone cascarrabias, le cansa lo que antes era esfuerzo menor, el médico se asusta al leer el electrocardiograma, y yo miro aquellas manos cubrirse de lunares, florecitas panteoneras, qué tristeza.
El patriarca bromea acerca de su edad; dice que se limpia la cara con palillos, se atornilla el sombrero y parece pergamino. Los otros no estamos acostumbrados a hablar de la muerte, pero la semana pasada lo hicimos. Él siempre se ha burlado de los "tristes viejitos," no lo trataremos como uno de ellos. No le arrebataremos los chocolates cual si fuera un niño, ni esconderemos los cigarros, ni taparemos la botella si se le antoja un tequila (ultimadamente si lo hiciéramos nos mandaría al diablo); tampoco le le diremos no hagas, porque el médico ya se lo dijo. El patriarca es un hombre fuerte, entero; elegirá cómo morir y hasta cuándo cuidarse. También es una fortuna acompañarle al final de la jornada; en lo posible, hacer su ocaso apacible y grato.

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lunes, febrero 04, 2008

RÍETE DE BUTTHEAD

Nota preliminar: ya hemos hablado esto. Y lo seguiremos haciendo mientras sea necesario.

Yo no soy una lumbrera, pero lo que sea de cada quien, tampoco soy una muchacha tonta. Sin embargo cuando alguien me gusta bastantemente, me pongo de un babosa que ríete de Beavis and Butthead. Una día, por ejemplo, alguien me preguntó qué idiomas hablo; yo estaba nerviosa, así que reaccioné como si me hubiese pedido que dijera el primer idioma que se me ocurriera, y contesté que francés, mas yo no hablo ni pizca de ese idioma, por ello rogué a santa Bárbara bendita que aquel sujeto no me solicitara una traducción de Le Monde. Otra ocasión comía jotqueis en la cafetería, de pronto se acercó alguien encantador y sugirió que me mudara a su mesa; tras platicar un rato, preguntó por qué no comía mis jotqueis, a lo cual contesté bah, es que a los cocineros de aquí les quedan malísimos, pero la verdad es que me dominaba tal temblor, que en caso de tomar los cubiertos, me hubiera tirado la comida encima.
También he hecho babosadas voluntariamente, entre las cuales hay una que mi comadre considera digna de un puberto nalgas meadas ¿que cómo fue? Hace algunos años, en una fiesta, alguien que me gustaba me dijo se siente bien chido, dale un jaloncito, anda anda, entonces mi comadre me vio con gesto represor, como diciendo no lo hagas, ten dignidad, pero no me importó e inhalé tantito oxígeno comprimido en una lata.
Hay acciones tontas que no son obstáculo para comenzar loquesea que uno quiera comenzar con otra persona, puesto que con el tiempo uno entra en confianza y supera los lapsus; pero también hay babosadas fatales. El otro día me abordó en el metro un muchacho de no malos bigotes; nomás me preguntó hacia dónde me dirigía, y me alejé cinco metros caminando presurosa. No sé ustedes, pero yo soy experta en largar a personas que me gustan, pues me pongo tembeleque y salgo hecha la chilla en dirección contraria. Sin embargo, cuando se regulariza mi ritmo cardiaco, no puedo más que decir arrepentida: la pucha, ché yo.

DOS AGRADECIMIENTOS

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Gracias a Rosángela por armar la nueva y fregona imagen de mi blog. Es un gran regalo, casi como si apadrinara a mi primogénito, puesto que quiero a mi blog más que a mi familia, que a mis amigos y que a ustedes. Muchas gracias de nuevo, Ros.
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Agradezco también al Cuero Cabezudo, que me mandó un pequeño Sherlock Holmes, con certificado del museo Sherlock Holmes. Elemental, mi querido Cuero.

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