EL DOCUMENTAL QUE VI
Mujeres indígenas, oaxaqueñas, son utilizadas para el narcomenudeo. Alguien les ofrece un trabajo en la capital, las conduce al autobús, les encarga unas maletas, la policía revisa el contenido y encuentra mota. Sin saber leer, ellas son obligadas a firmar documentos; no cuentan con el apoyo de un abogado, se les lleva a juicio sin que entiendan un pito porque no hablan castellano y finalmente son condenadas a muchos años de prisión. El documental que vi sacó a la luz esta situación. Reacción: gente prestó ojos, oídos, colaboración. Resultado: la mayoría de las mujeres que ahí aparecieron fueron puestas en libertad. Mire nomás, el género documental no sólo muestra, sino que puede lograr efectos concretos.
Los acercamientos a problemas particulares son condiciones de posibilidad para acciones del mismo orden. No hablo de vías políticas esta vez. Conozco una persona que en su madurez se asqueó de la militancia y optó por hacer otras cosas, como dar clase en una secundaria dejada de la mano de dios, pugnar por la construcción de una biblioteca y de una cooperativa, mediar la pelea entre pandillas. Comparto algunas razones para no militar en ciertos grupos políticos, pero me parece que tiene sentido y que rinde frutos el sumarse a proyectos concretos. Aún no lo he hecho, creo que siempre encuentro un buen pretexto. Cito a les Luthiers: "no soy una completa inútil, por lo menos sirvo de mal ejemplo."