LA TROMPETISTA DE FALOPIO: septiembre 2007



martes, septiembre 25, 2007

OBJETOS

VOILÀ
Uno desea comprar objeto que miró en el aparador. Ahorra, tantán, aquí lo tiene. Vuelve a casa, lo conecta, o se lo pone y se mira en el espejo; o lo conecta, se lo pone y se mira en el espejo. De cualquier manera, el objeto no satisface la expectativa inicial, o acaso lo fascinante no residía en éste, sino en la espera misma, en la incertidumbre y la imaginación. Otro día uno busca algo, con el fin de encontrarlo vacía bolso, cajón o bolsillo, pero lo que halla es otra cosa: dulcito de menta con chocolate, una carta, la envoltura de un viejo obsequio, un juguete de infancia. Y qué contentura trae consigo este habitante del reino del olvido.
EL OBSEQUIO
Cuando se reciben obsequios, tal vez alguno guste, como gusta lo que no sorprende, pues casi todo obsequio es recibido en un día anunciado, establecido de antemano. Qué hermoso sería regalarnos cosas que no esperamos, sin aviso ni más motivo que el propio. Yo he querido regalar una tortuga de madera que a un lado y a otro mueve la cabeza, una broma inmunda, el mar dentro de una botella, una hoja seca toda libélula y nervadura.
sábado, septiembre 22, 2007

SOBRE LA GRATITUD Y LA MEDIOCRIDAD

Hay quien vive porque le lía el amor a la vida, ya tenue, ya marcado con crayola y tiza. Hay quien vive por pura gratitud; trajina en compañía de gente que le mima con dulces favores, dineros, palabras de admiración, té bueno y flores. Cuánta melaza, se dice, y yo sin lengua. Y se levanta cada mañana, toda hastío y cuita, con cualidad de murciélago para dormir el día. Se lava la cara, recapacita: qué más da lo que yo quiera, hay que cumplir el cuarto mandamiento: honrarás a tus padres. Apéndice: y a tus hermanos, abuelos, amigos, tíos, maestros, primos, compañeros, protectores; en fin, a todos aquellos que te dan su amor en cuchara sopera. Concluye: no merecen un daño irreversible. Toma las llaves, abre la puerta. Que digan que zombi soy, mediocre, cobarde, pero eso sí: jamás ingrata.
miércoles, septiembre 19, 2007

VIENES, FOLLAS Y TE VAS II

Nota preliminar: la parte I, querido lector, puede encontrarla a la derecha, en mi top ten de antaño.

"Uno no puede evitar que el fulano se vaya, lo que sí puede evitar es que se venga. "
Mi comadre Cló.

INTRODUCCIÓN
La Choy dice que es falso casi todo enunciado que comience con “los hombres son” o “las mujeres son.” Yo digo que en cuestiones de género (particularmente en el fenómeno que aquí nos ocupa) hay tendencias dominantes, aunque hay también comportamientos que se alejan de éstas, “constelaciones” para decirlo con términos de Jorge Luquitas, eminente filósofo que nunca dedicó un libro al tema del vienes, follas y te vas, lo cual es una lástima. Por eso es que yo me parezco menos a Jorge Luquitas y más al autor del chaca libro titulado “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus,” lo cual, es también una lástima; pero no estamos hablando de mí.

SI TUS CARICIAS HAN DE SER MÍAS, DE NADIE MÁS.
Cito a la Choy: “a veces, cuando tengo mis dares y tomares con un recién conocido, sólo siento como si me estuviera hurgando la nariz.” La comprendo, como usted lo hace ahora, sagaz lectora. De esta afirmación puede inferirse que si no hay un vínculo emocional, en las ondas querendonas una no siente ni fu ni fa. Pero ¿qué pasa, señoras, cuando una está lacia lacia por alguien y alguien viene, folla y se va? Ah, no me vengan con que una puede asumirlo con la mano en la cintura. Por el contrario, tal como muestran los estudios del sociólogo Francois Champlain, nueve de cada diez mujeres mexicanas se truenan los dedos, despiertan con sobresaltos y chillan a moco suelto cuando el querido follador, tras venir, se va.

TRES VECES INFAME. LECCIONES SOBRE LA INMEDIATEZ.
Al respecto, veamos las tres tesis de mi vecino, mejor conocido como el Tres veces infame.
1) Es una fortuna recibir las cachondas bondades de la persona que a uno lo trae lacio.
2) En términos de placer, es preferible recibir las cachondas bondades de la persona que uno lo trae lacio, que recibir nada.
3) Uno carece de autoridad para determinar el modo y el tiempo que el otro ha de dedicar a uno. En esta afirmación descansa la máxima universal: “acepta lo dado y deja ir al dador de placer, ya vendrá otro.”
Personalmente las dos primeras tesis me parecen poquiteras. Atendamos la tercera, misma que puede reformularse en la frase que decía uno de mis changos: “yo nomás te quiero.” ¿Acaso no es éste un modo feliz de estar?

A DARLE QUE ES MOLE DE OLLA
Son los múltiples discursos de la tradición los que han sembrado el afán femenino por lo que perdura, y con ello las expectativas que a final de cuentas acuchillan. Yo digo: demandemos a Walt Disney y de una vez por todas aprendamos a gozar los beneficios de la inmediatez.

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jueves, septiembre 13, 2007

COMO EL COLOR VERDEMAR

And when the night is cloudy, there is still a light, that shines on me,
shine until tomorrow, let it be.

Al volver del entrenamiento** detuve mi paso en el mirador, una ciudad centellea, no ha menguado su belleza. Continúo mi camino, hablo conmigo. La que era amarga certeza ha adquirido un nosequé de dulzura: morirá mi gente. Vendrán muertes mucho más fieras, pero me aliviará saber que buena cosa he dado y recibido. Y no serán menos hermosos el collar de amatista, la espada, el colorido caballito de madera, aquellas palabras de Whitman, el maduro fruto de la granada y cada uno de sus granos grana, las causas perdidas, una geoda, la bordada flor magenta, los proyectos de imaginería, un fandango, la siesta en un pueblo de cigarras, mis libros, una canción de infancia, el mar con su verde vaivén y destellos, con sus habitantes blandos que bailan y que giran y aletean.
** En el cual, dicho sea de paso, mi entrenador (yomiyomi) elogió la fuerza bruta de ésta, su segura servidora.
lunes, septiembre 10, 2007

TERCER PISO

A menudo no se puede hacer algo para que mejore un enfermo, pero casi siempre es posible ayudar a otros que sufren, tanto o más que uno, a causa del enfermo. Qué alivio sentí al ceñir a mi abuelo con los brazos, al lavar los trastos y limpiar la mesa para aminorar el trabajo de la abuela; al jugar aserrín - aserrán, al limpiar colitas preescolares, al dar un baño y arropar a María. Me dije, hoy hago esto, mañana me quedo a velar en el hospital. Pero mañana no hubo hospital. De nuevo el teléfono timbró a las tres de la mañana. En la madrugada acudimos al piso tercero del hospital, en el medio día al piso tercero de una funeraria.
Una sala lustrosa, de vitrinas, pisos y muebles lustrosos. Encumbrado el ataúd, plomizo, con relieves ornado, detrás de éste una corona, espiral de flores de dulce palidez y aroma. Cómo lastima este fúnebre cuadro, alma y sentidos, cuando uno forma parte de él, ahí, tendido sobre un sillón, con los recuerdos agolpados.
Ayer reímos al recordar sus chascarrillos, señor chocarrero, tío besos yo lo llamaba en mi infancia. Luego dejamos de reír y deseamos estar en ningún lado, pues donde estemos nos duele el presente, la navidad que viene, el año nuevo y sobre todo: la circunstancia de sus niños. Al final del día, como nos ha enseñado la abuela: hay que cuidar los seres que verdean.
sábado, septiembre 08, 2007

ESCRIBO

Los Tapia niños están en casa de mi abuela. Los Tapia adultos, casi todos, están con él. Yo planeaba seguir en casa escribiendo y leyendo la tarde, la noche y tal vez el alba, pues debo "hacer mi tarea." Media hora atrás intenté un resumen, mas no logré concentrarme, busco algunas palabras, pero se atraviesan otras que son siniestras. Acabo de hablar con mamá, dice que un sacerdote dio a mi tío Petit la unción de los enfermos. No sé por qué escribo aquí ahora, tal vez porque estoy sola en casa, pasmada, con montones de información que no comprendo, porque necesito conocer mi lugar en esto, porque tengo miedo de verlo en agonía o de ya no verlo, porque hondo me estoy doliendo. Cambio de planes: hoy duermo en casa de la abuela, mañana en el hospital. Tesis y ponencia pueden esperar.
viernes, septiembre 07, 2007

TÍO EN HOSPITAL

A las tres de la mañana timbró el teléfono. A penas reconocí la voz de Patricia supuse que algo malo había ocurrido al abuelo; mi sangre se heló. Sin embargo, no fue él sino tío Petit quien sufrió un infarto. Avisé a mi madre, me vestí, guardé algunas cosas en la mochila, todo ello con rapidez, a pesar del temblor en mis manos, el mareo, las ideas e imágenes que entre sí se atropellaban.
Recuerdo el traslado de mamá y mío al hospital: un cielo aún nocturno, semáforos, sucesión de líneas blancas sobre el asfalto, no lo creo, un mes atrás, con mariscos y manteles largos, celebramos sus cincuenta años, pero era de esperarse, trabaja exhaustivas jornadas para mantener un status fresoide, ha de estar gravísimo ahora y por eso nos llamaron, fue el cigarro, la sal, la falta de ejercicio, fueron acaso los corajes, ya quiero estar con mis primos; en fin que todo esto rondaba dentro, me hacía enmudecer, preguntarme cuántas veces en mi vida, al albear saldré de casa, tironeada, presurosa, estremecida, a encontrarme con el dolor ajeno y propio. En la sala de espera vi una cara que a mi abuelo no le conocía, y su pesar de padre mudó en gota marina.
Hice mi día: más para lustrarme el ánimo que para atender asuntos filosóficos, acudí a Stefan; después fui a la Facultad y finalmente anocheció en una escuela de jipis, donde a Lucía escuché cantar bossanova. Hoy he reído y escribo que a pesar de ello, no me abandona el desconcierto, la imagen de mi tío, pues aunque no le he visto, sé que ha sido invadido por mangueras y por cables y por líquidos amargos, sé que es una máquina la que respira en su lugar y que no ha salido del peligro.
¿Y quién es mi tío Petit? Me pregunto y contesto: el tío Petit es el pambolero que cada domingo organiza la cascarita, el más peligroso contrincante en la guerra anual de migajas, la vuelta de Guerrero a casa en una carretera nevada, el que contra mí perdió un juego de scrabble y con ello una apuesta, el chascarrillo y la neurosis, el niño que se accidentaba cada tres minutos según cuentan, el hijo consentido de mi abuelo, el que aveces contesta muy feo, el galán en su mocedad, el papá que a menudo se engorila, pero que se esfuerza por brindar juguetes locos, entrenamientos, tiempo y buenas escuelas a sus muchachos; el que siempre coopera, mi tío es el amor apache: cosquillas y luchitas, quien siempre me ha llamado Vili Minjaz, mi tío es la rola que dice quítate ya de aquí perro lanudo, déjame estar solo con mi novia, mi tío es la risa que hace algunos meses me dobló en los juegos mecánicos y en la casa de espantos. Pero hoy, tío Petit es la incertidumbre que duele en el pecho.

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lunes, septiembre 03, 2007

NOCTÁMBULO EJERCICIO EPISTOLAR

1
Señorita W:
El mandato es que no le escriba, pero no me ha quedado más remedio que hacerlo, pues lo noto agobiado; sé que espera su visita desde que se mudó, con nosotros, a la villa. Debido a la ausencia de su merced, pasa tardes enteras mirando ahí, donde los móviles penden de alcayatas. Suele decir-¡caracoles!- Inclusive en la merienda advierto su falta de apetito, pues sólo se le antojan nutridos racimos de uva que los otros habitantes comen. Pobre, la semana pasada intentó suicidarse con piracantos. Como ve, es urgente que venga usted y a más tardar en octubre. Que regrese le pido, pues le llueven las cuitas y a nosotros también, de verlo pisar furibundo las flores y las catarinas.

2
Señorita W:
El _ _ _ _ _ escriba _ no _ ha quedado _ _ _ _ _ _ _ agobiado; _ _ _ _ _ _ _se mudó con nosotros. _ _ _ Debido a la ausencia de _ _ _ _ _ _ _ _ los móviles _ _ _ _ suele decir -¡caracoles!- _ En la merienda advierto su _ _ apetito: _ _ se le antojan nutridos racimos de uva. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Como ve, es urgente que _ usted, _ a más tardar en octubre, _ regrese _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ las flores _ _ _.

3
Señorita W:
El _ _ _ _ _ escriba _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ se mudó_ _ a la villa _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ donde _ _ penden _ _ _ _ caracoles _ en _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ nutridos racimos, _ _ _ los _ habitantes comen _ _ _ _ _ _ _piracantos _ _ _ _ _ _ _ y _ _ _ en octubre _ _ _ _ _ _ llueven _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ catarinas.


4

Señorita W:
El _ _ _ _ _ escriba _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ mudó _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ caracoles _ en _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ racimos, _ _ _ _ _ y _ _ _ _ _ _ _ _ piracantos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ en _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ catarinas.

5

El _ _ _ _ _ escriba _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ mudó _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ los _ habitantes _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ en _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ catarinas.

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