LA TROMPETISTA DE FALOPIO: marzo 2007



sábado, marzo 31, 2007

DE LAS MOFAS FAMILIARES Y CARIÑOSAS MAFUFADAS

Cuando deseo a alguien convidar a una reunión de los Tapia, delibero largo tiempo, pues temo que mi invitado adquiera un apodo que lo acompañe hasta el epitafio, como será el caso de la Pelos, esa velluda señora que al escuchar piezas que se bailan en soltura, corría a apergollarse de mi tío C para bailar de cachetito; hoy es tradición que si un integrante familiar se pone meloso con su pareja, algún otro grita "ora, ora, ya te pareces a la Pelos."
No creas que los motes y otras formas burlescas son exclusivas para invitados. En casa de los Tapia se hacen correas con todos los cueros. Excesos, errores, defectos, inclinaciones, todo es materia de mofa para mi familia. Los abultados labios le costaron a tía P el mote "Plecos," en referencia al plecostomus. Qué decir de tío T, pues cuando le dio parálisis facial, mis parientas decían "es flojo nomás de un lado." Y unos vecinos debido a sus ojos pequeños y prominente mandíbula fueron llamados "los jurásicos." Figúrate que cuando mi tío D cuenta una de sus vivencias, trío de tías que nada cree entona la melodía de Misión imposible. Tremendo abuelo no conoce la cordura, de modo que a Margarita, mi abuela, nombró "Nalgarita;" mas no creas que a sí mismo se deja en paz, pues dice que tantas arrugas tiene que se atornilla el sombrero y se limpia la cara con palillos.
En la guasa a mi madre no aventajó ser primogénita. Al contrario. Afirman que fresa quiso ser y sólo llegó a mermelada, de donde proviene el alias " señora Merme." Cuando anunció que se casaría con el moreno de mi padre, qué vacile, pues decían que a esta dama le gustan los colores serios y le cantaban un merengue "mami, yo me acuesto tranquila, me arropo pies cabeza y el negro me destapa, ay mamá ¿qué será lo que quiere el negro? " Pedro Tapia, mi abuelo, sabía lo que el negro quería, por eso auguró que de aquel matrimonio un pingüino habría de nacer, crío con negra espalda y pechera blanca. Y nací café con leche. Desde entonces he vivido en medio de la broma, ora poniendo apodos, ora escuchando los propios, que si están preocupados porque pasaron cinco minutos sin que yo comiera algo, que la cabaña del tío chueco parece construida por mi ex novio carpintero, que si tengo las piernas huecas porque como y no engordo, que si nomás paso la escoba por donde ve mi suegra. No me enojo. Estoy acostumbrada, tanto que con primos y amigos practico este cariño apache y viperino.
lunes, marzo 26, 2007

CÁTEDRA SOBRE LAS MARAVILLAS

Con ansia esperé el momento de inscribir materias optativas de Letras. Llegado el momento entré a la cátedra de un tal Gonzalo Chilorio. No era él quien hablaba, sino su invitado, un arquitecto con micrófono y parche negro en el ojo. Versaba la exposición sobre construcciones en Tenochtitlán. Un alumno preguntó al final ¿qué le parece, aquí al experto, que los departamentos de fovissste sean tan pequeños? El catedrático respondió de modo amable, lo mismo que a quien luego dijo mire, compañero arquitecto, en Santa Fe hay edificios bien altos, hay también casas bien bajas ¿cree usted que eso representa la desigualdad social? Naturalmente no volví. De paso renuncié a la idea de tomar clase con gente de Letras. Y no me vean feo, es la verdad.
De cualquier manera, como nula es mi fuerza de voluntad, este semestre de nuevo inscribí una cátedra de literatura. Lo maravilloso medieval estudiamos. El temario está para chuparse los dedos: enanos, pócimas, hadas, lugares construidos para asombrar. Aquí, la maravilla no es en virtud de la recepción del lector, sino de los personajes que son también espectadores; se habla de las leyes internas del texto, se otorga preeminencia a los paradigmas de realidad ahí insertos. Quizá este enfoque resulta familiar a la gente de Letras, pero extraño suena a los oídos aficionados a la Filosofía, pues nosotros hablamos desde altas cimas de abstracciones. Confundimos prosa con narrativa, nos empeñamos en que las categorías estéticas funcionen como conceptos, no sabemos qué hacer con las obras que no obedecen a las definiciones que asumimos; en suma, nos metemos en líos que parten de nuestra gran ignorancia acerca de la obra en su particularidad, de nuestra resistencia a una formación multidisciplinaria.
En esta clase hay estudiantes de Literatura clásica, francesa e hispánica. Se ríen y respetan a la profesora y participan movidos por el entusiasmo. Estar ahí no sólo es fecundo; también es cómodo para quien como yo, en los salones suele presenciar despliegues de arrogancia. Sin embargo, algo me preocupa. Cuando leo procuro poner atención. A veces hago pausas para enjugar una lágrima, soltar un oh u otra feliz interjección. No obstante, ha ocurrido que al abordar de modo colectivo la lectura, se mencionan maravillas en las que no reparé, como si hubiese leído de corrido, y es que poco sé de poderes que eran atribuidos a las piedras brillantes, de costumbres cortesanas, de la naturaleza férica, de lo que simbolizaba la blancura en aquellos tiempos, del nacimiento de Fata Morgana. Muchas cosas fascinantes aprendo y por dentro me conmuevo. Aunque parezca palera, la cátedra sobre maravillas recomiendo a cada uno de mis compañeros.
viernes, marzo 23, 2007

COMO EL MENTADO CALIPPO

A Sirena. Porque me quiere a pesar de que no hago las tareas que me encomienda.
Hay deshoras en las que no me place dormir ni leer. Enciendo entonces la televisión.
La otra noche vi un anuncio ¡señor producto! Favorece la circulación sanguínea, la grasa reduce, mejora el trabajo de los órganos internos, los músculos distiende y tersa deja la tez, inmaculada. Una señora dijo desde que lo usé me siento de un relajada que no sabe usted. Imagen: misma señora dentro de la cosa. Un poco de vapor y de su cuerpo sólo la cabeza asoma, qué placentero parece estar ahí. Siguiente imagen: ella en flor de loto, qué renovada se ve. Aquello es como una casa de campaña, dentro de la cual otro objeto emana calientes y aromáticos vapores. A menudo no se puede viajar, ya porque se trabaja sin descanso, ya porque uno anda roto, ya por ambas. Pero ahí tenemos nuestro temazcal media estrella, apto para colocar en la sala y estar dentro con los ojos cerrados, al tiempo que se escucha una grabación de sonidos de la naturaleza. Cuán triste y cuán hilarante, me recuerda a Manolito vacacionando en su lavadero.
Por un instante quise llamar para pedir mi temaspá. Lo mismo ocurrió cuando vi el comercial de calippo we’re young, we’re free decía la canción. Objetos cualesquiera se venden como extraordinarios. Se anuncian cacerolas que cocinan solas, como solo se exprime el trapeador amarillo; y se habla de mangueras que dobladas caben dentro de una lapicera, aparatos que modelan la figura sin que uno mueva un dedo, máquinas que quitan la pelusa de la ropa y los enfadosos vellos de la oreja, cuchillos con tipos de corte infinitos, aparatos que ejercitan varios músculos a la vez, de modo que al usarlo tres minutos diarios, queda uno cual protagonista de Bay watch. En ocasiones, corta es la línea que va de la publicidad a la cabeza.
lunes, marzo 19, 2007

RETAZOS DE AMOR. UNA DIETA BALANCEADA

Hay quienes se entregan al cultivo su intelecto, sensibilidad estética, a la talla de sus bíceps, a la educación de sus afectos. Tiempo atrás no poco y tampoco mucho conocí un muchacho. Venía del bosque verde en primavera y de gélida blancura durante invierno. Tanto sabía, preguntaba, hacía, que me pareció esférico. Lo amé. Casi no encuentro gente esférica; qué lástima, con lo que me gusta la variedad y la armonía en las ocupaciones.
Es que los hombres de hoy no buscan el justo medio. Leen y leen y no les queda tiempo para hacer pierna. O moldean su cuerpo mas no abren un libro ni en defensa propia. O se van de farra noche tras noche caray, de modo que en las mañanas no están en condiciones para escucharle a una decir ؟por qué el ser y no la nada? O nadan y se asoman a los periódicos, pero subliman su libido en el activismo. O analizan, se ejercitan, tocan el marimbol, pero son tan amargos que escaldan.
El año pasado me dije: esperaré la aparición de un hombre completo, nomás él gozará mis favores. Penélope fui y cómo me aburrí. Quizá es vano buscar la bella variedad en una misma persona. Qué tal sería suspender mi aspiración al amor cortés, en cambio gustar el encanto peculiar de cada quién, hacer lo propio con cada cual. Imagínate. Si azúcar quisiera saldría con alguien que bese mi mano, mientras bebemos un cremoso helado. No importa que haya fundado el club de fans de la Tesorito, pensaría mientras tiento los bíceps, muslos y tríceps de un sujeto bien dotado. Presa del amor en su pureza, conversaría con el intelectual, sin reparar en su olor a tabaco ni en su espiritiflauticidad. Tendría un amante con quien salir a rumbear, destinado al sexo con fiereza un zeus de cabecera, y para el corazón un poeta particular.
Tal vez, hecha con retazos mi experiencia armónica sería . De cualquier manera, lector, sólo estamos imaginando este patchwork del amor.
domingo, marzo 18, 2007

PRIMAVERA EN VICTORIA 25

Con el afán de nuestras almas cultivar, a "la noche de primavera" fuimos en clan. Si usted es chilango sabe de lo que hablo. Si es provinciano o vive en un país lejano, quizá imagina que esa noche mis paisanos desfilan, ataviados con telas y papeles que pétalos, hojas o alas simulan ser. En tal caso se equivoca, distinta cosa es la celebración primaveral. Cada año, un sábado cercano al 21 de marzo, en el centro histórico se montan variopintos escenarios. Aquí se baila danzón, allá se divierte a los niños, a los cantores famosos se escucha ahí, acullá se ejecuta un performance y así, las plazas y las calles resuenan y resplandecen hasta el amanecer.
Malaya nuestra suerte. Llegamos a Santo Domingo. Sobre el escenario cantaba un muchacho vestido de oso, a su lado chicas frondosas meneaban el chunde. No había reggae sino reggaetton. Empeoró la cosa al llegar la hora de los hip-hoperos, pues no hicieron más que gritar groserías a los espectadores. Para escuchar insultos mejor nos vamos a nuestra casa, dijimos y ofendidos partimos. Caímos luego en Plaza Juárez, donde se tocaba música de disqueras independientes. Un señor emitía sonidos de la naturaleza. Para escuchar pájaros mejor nos vamos a nuestro pueblo, dijimos. Dolientes los juanetes de tanto andar y tristes nosotros decidimos partir.
Difícil resultó caminar al mismo paso entre la multitud. Por fortuna, la maraca fue de gran utilidad. No es una maraca cualquiera la que Tirso me compró, sino una luminosa, fluorescente, muda los colores al gusto de uno, de manera que cuando era necesario parar, nuestro líder tomaba el artefacto, lo alzaba y todos comprendíamos la señal. Asimismo, cuando este muchacho percibía algún peligro, agitaba la maraca en la modalidad multicolor y nosotros cerrábamos filas. Por fortuna, sanos, juntos y salvos llegamos al edificio.
Qué puedo decir. Todo hubo en abundancia. Cerveza y cigarro, también ochentero círculo bailador, en medio del cual se contoneaba e imponía el paso quien tuviera la maraca fluorescente, y yo vuelo me di con mi pareja oficial para la charanga. En fin que hubo abrazos entre amenas charlas y risa para doblarse y besos también hubo. En fin que tal es la crónica de cómo, en Victoria 25, se festejó la primavera, con sus cálidos y fragantes días que están por venir.
jueves, marzo 15, 2007

EN EL CLUB DE TOBI

A Alejandro, Isaac Sevchovicius, Mijael y Pablo.
Ellas han dejado la etapa del pon pon tata el diecito pa’ la papa, pon pon pon el diecito pa’l jabón. Crudo pero cierto: mis amigas trabajan mucho tiempo. Orillada me he visto a jugar en el club de Tobi.
Aunque la amistad no es nueva, ahora paso más horas con ese cuarteto de apuestos caballeros. No se trata de una sustitución, pues si bien realizo actividades similares, no es ni puede ser lo mismo que con las amigas. Ellos en ocasiones me enojan, en especial cuando se ríen de mí, pues comienza uno la frase jijí, el otro la completa, aquel añade cosas inventadas y así tengo cábula para rato. De vez en cuando también me engorila discutir, pues tal amor se profesan Mijael y Pablo, que suelen contradecirme y darse la razón el uno al otro (y el otro al uno) con frases de tipo: tienes la boca llena de razón, has hablado con verdad, qué manera majestuosa de argumentar ¡maestro!
Por otra parte, hay cosas que me afligen y cuando las expreso y manoteo sobre la mesa y enjugo mis lágrimas, ellos no comprenden. Al principio creí que la falta de empatía se debe a que los hombres son como trilobites, organismos acorazados a los cuales basta comer para estar contentos. Luego vi que ellos ( los varones, que no los trilobites) también sufren, aunque por alguna razón, tienden a simplificar los problemas. Una tarde, por ejemplo, la actitud de alguien me hizo daño, entonces Pablo tomó un puño de tierra, lo tiró y me dijo "hazle así" al tiempo que sacudía las manos. Y aprendí.
Con este cuarteto de apuestos muchachos muchas otras cosas he aprendido. Además de no ser trilobites, tampoco son unos cabrones. Sólo viven los amores, el tiempo y los temores de un modo peculiar. A menudo mis ideas no coinciden con las suyas, pero en el diálogo he dudado, me he detenido a reflexionar y he replanteado cantidad de asuntos. Como las frecuentes veces que Alejandro me increpa con preguntas que no me habían asaltado. Como el día que Sevcho me dio una cátedra acerca de las razones para vencer mi pánico escénico. No sólo se crece con aquello que se comparte, como la cerveza y los proyectos y los chilaquiles. La diferencia es también fecundo lugar para construirse a sí mismo.
jueves, marzo 08, 2007

ACERCA DEL CONFORT CLASEMEDIERO

Nota: he aquí el antipost del que escribí en febrero 22. A final de cuentas, soy parte de esta generación de pacotilla. Aceptémoslo, en más de un sentido apestamos.
Ayer en la Facultad de Arquitectura se proyectó el documental "En el hoyo." Fui con cuatro jicotillos, que son colegas y que son amigos. Nada al respecto comentamos al salir. Desconozco los motivos de ellos, pero en cuanto a mí puedo decir que en ese momento, cualquier comentario me hubiese parecido frívolo. Un documental nos presenta hombres concretos, obreros, con su nombre y su historia personal. Nosotros miramos desde lo aprendido en clases que hay en los programas universitarios, desde los libros comprados u obtenidos en la biblioteca, desde nuestra tarde libre. Nosotros miramos sentados en la sala de un auditorio, salvos de la experiencia del hambre y de las jornadas exhaustivas bajo el sol.
Los hombres concretos y marginados pueblan los camiones y las calles, los miramos a menudo. También leemos el periódico, vemos el noticiario, nos enteramos que ha subido el precio de la tortilla, que hubo un enfrentamiento entre tal sector y la policía, que algunos paisanos fueron agredidos en la frontera con los yunáit. Opinamos, debatimos, especulamos, tomamos una postura al respecto; hacerlo es nuestro derecho, pero más allá de ello, me pregunto con qué autoridad moral y política nos pronunciamos, tantas veces, en favor de las mayorías y marchamos en su nombre y decimos es el colmo, tenemos que hacer algo. Luego compramos libros caros y ropa de marca y dormimos la siesta. En nuestra condición de clase media nos vemos tironeados por tendencias individualistas y por el impulso (a veces fervoroso, a veces producto del análisis, a veces ambos) de ser más que espectadores.
De cualquier manera, nuestra formación académica, nuestros otros acercamientos teóricos a la realidad, en suma la totalidad de nuestro confort clasemediero es posible debido a los impuestos que pagan los ciudadanos y al trabajo de esos hombres marginados. Por ello, quizá en vez de plantear las cosas en términos de autoridad moral, hay que hablar de una deuda social y política. Y aunque parece que poco podemos incidir en la realidad concreta, opinar, debatir, tomar una postura crítica, son condiciones de posibilidad para saldar dicha deuda.
lunes, marzo 05, 2007

DE LA MAYOR VIRTUD. DECLARACIÓN AMOROSA A MARCOS MUNDSTOCK

En cuestión de gustos mis márgenes son laxos. No soy mujer de cascos ligeros (1), pero en cuestión de gustos masculinos, mis márgenes son particularmente laxos. Si expreso un juicio estético erótico (2), mis amigos ponen cara de asco. Donde ven defecto, yo encuentro una cualidad o de menos una ventaja. A final de cuentas, qué saben ellos de amor, si los casaron a fuerza.
Me gustan los hombres entrados en carnes, pues en el frío cobijan, en el calor hacen sombra y simpático me parece el accesorio que algunos llaman lonja. A los bajitos no desprecio, al contrario, cómodo me parece su abrazo, pues no debo alzarme en puntas ni el cuello torcerme. Qué encanto esos otros que tienen copiosas veredas de vello, nada tengo en contra de ellos y tampoco de los flacos, los lampiños o los altos.
Sin embargo, me parece que los atributos del cuerpo se desvanecen, cuando dentro no encuentro el don que para mí es el primero. Virtud que viene de cuna y que consiste en reírse y hasta el cansancio hacer reír a otros. Alguien que me causa risa, es sin duda alguien que me hechiza. Por ello, cuando veo a Marcos Mundstock, en monólogo o en Les Luthiers cantibailando, río tanto que puedo decir que lo amo.



1) A quien sostenga lo contrario le digo: me confunde, yo no era la de esa fiesta.
2) Ejemplos: pachurro, yomi yomi, sabroso.
jueves, marzo 01, 2007

LA OCASIONAL NECESIDAD DE ESCUPIR HACIA ARRIBA

A veces uno se enoja con alguien que no es uno. Si el enojo es poco, la feliz quietud o la euforia vuelven pronto. Si el enojo es mucho, se recomienda alejarse del otro para evitar sacarle un ojo. Qué conflicto si el enojo es mucho y no es con otro sino con uno. Bueno sería, de vez en cuando, salir por un café, o una cerveza, a caminar por ahí para alejarse de uno mismo. No me quejo de mis amigos, querendones y queridos, tampoco de mis compañeros, ni abuelos o parientes lejanos, cuantimenos me quejo de mis progenitores que son mayores y que son benditos. Sin lugar a duda, fuera de mí no tengo enemigos. Quizá estoy siendo demasiado permisiva. Voy a comprar un flagelo para meterme en cintura.