MI ABUELO
Tener a Pedro Tapia de abuelo, es lo mejor que a una puede pasarle, máxime si esa una es pequeña y su padre tirano.
Perico empezó a trabajar a los ocho años, como chícharo en una peluquería, más adelante se ejercitó en menesteres hidráulicos, carpinteros, deportivos, culinarios e históricos; es ducho en el arte del chascarrillo, el guapachoso zarandeo y en antaño hacía de Don Juan. Recuerdo cuando lo presenté a la madre Socorro, cuyo hábito monacal no le impidió mirarlo con ojos golosos y estrujarle la mano durante dos minutos, porque no creas que en esos años mi abuelo era un viejito giboso y ajado, no lector, Pedro Tapia andaba de un lado a otro, levantando pesas y suspiros.
Durante lustros tuve al abuelo para mí solita. Me enseñó a brincar la reata, anduvimos en bicicleta, me propinó algunos almohadazos, se subió conmigo a la montaña rusa y hubo de jalarme del suéter y palidecer cuando me escurrí en el asiento durante una pendiente. Mientras papá me reprendía a causa de los nueves en mi boleta, Pedro Tapia vitoreaba dieces y cuentos y fue él quien llevándose las palmas, conmigo bailó Nereidas cuando cumplí quince años.
Figúrate que algunas semanas atrás, lloricosa le dije que tuvo razón, que me había precipitado, que mi expectativa rebasó lo viable. Sin éxito intentó consolarme, con el típico discurso de maaaaaaanda al susodicho a ondear changos de la cola. Más tarde, viendo el abuelo que seguía acuitada y habiendo fiesta familiar, por primera y quizá única ocasión le escuché decir: “sirvan dos tequilas, uno para mí y otro para mi niña, porque hoy vamos a ponernos hasta las chanclas.” Y brindamos.
Espero que lejano sea el momento de adiós decirle a Pedro Tapia, mi abuelo, pero aun después de ello, como antes, como ahora, seguiré viéndole como padre y muso a la vez.
Perico empezó a trabajar a los ocho años, como chícharo en una peluquería, más adelante se ejercitó en menesteres hidráulicos, carpinteros, deportivos, culinarios e históricos; es ducho en el arte del chascarrillo, el guapachoso zarandeo y en antaño hacía de Don Juan. Recuerdo cuando lo presenté a la madre Socorro, cuyo hábito monacal no le impidió mirarlo con ojos golosos y estrujarle la mano durante dos minutos, porque no creas que en esos años mi abuelo era un viejito giboso y ajado, no lector, Pedro Tapia andaba de un lado a otro, levantando pesas y suspiros.
Durante lustros tuve al abuelo para mí solita. Me enseñó a brincar la reata, anduvimos en bicicleta, me propinó algunos almohadazos, se subió conmigo a la montaña rusa y hubo de jalarme del suéter y palidecer cuando me escurrí en el asiento durante una pendiente. Mientras papá me reprendía a causa de los nueves en mi boleta, Pedro Tapia vitoreaba dieces y cuentos y fue él quien llevándose las palmas, conmigo bailó Nereidas cuando cumplí quince años.
Figúrate que algunas semanas atrás, lloricosa le dije que tuvo razón, que me había precipitado, que mi expectativa rebasó lo viable. Sin éxito intentó consolarme, con el típico discurso de maaaaaaanda al susodicho a ondear changos de la cola. Más tarde, viendo el abuelo que seguía acuitada y habiendo fiesta familiar, por primera y quizá única ocasión le escuché decir: “sirvan dos tequilas, uno para mí y otro para mi niña, porque hoy vamos a ponernos hasta las chanclas.” Y brindamos.
Espero que lejano sea el momento de adiós decirle a Pedro Tapia, mi abuelo, pero aun después de ello, como antes, como ahora, seguiré viéndole como padre y muso a la vez.
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on martes, marzo 07, 2006 at 12:50:00 p.m..
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16 Comments:
Ambos personajes, miembros de dos generaciones distintas, a las que comunica un sólido puente de afecto, deben sentirse mutuamente orgullosos. No quiero (ni puedo) decir más al respecto...
Sólo lo siguiente (no relacionado al tema del post, sino al motivo de la tristeza; de una lectura que le debo y que disfruto poco a poco (traduzco):
Optimo Máximo, sin que lo desalentara el hecho de que era el único perro salchicha de Ombrosa, cortejaría grandes perras pastoras, o policía, con ardor desvergonzado, confiando en la simpatía natural que ésto inspiraba. Algunas veces regresaría todo mordiscado; pero una relación amorosa era suficiente para repagar por todas las derrotas.
Cósimo, como Optimo Máximo, era el único ejemplo de su especie...
Hay que aprender de los animalitos...
Un abrazo
El Cuero Cabezudo
¿Sabes?...quizá en nuestra lejanía no lleguemos a comprender en toda su magnitud todo el sentimiento que este posteo irradia...
Pero creo que más de uno,(yo incluido) leímos en estas letras al abuelo que alguna vez tuvimos o que simplemente quisimos tener..
Me encantó.
Hoy de rapidín...mil felicidades en su día señorita...
CUERO CABEZUDO: olvidaba que lee usted ese novelón. Espero que lo disfrute mucho.
Pertinente el fragmento citado.
KA: qué bueno que le gustó. Y señorita, señorita... pus... ajá.
¿Su día? ¿Mercuria? ¿Juanita (San Juan de Dios)? ¿Cumpleaños? ¡Ahhhhh! Día Internacional de la Mujer... ¿Y los otros 364, del hombre? Parece votación a favor del RIP, antes del IFE...
Y sí; disfruto mucho cuando me lo propongo; ande, haga lo mismo...
Un abrazo
El Cuero Ese
Yo de nuevo (mmmm... wishful thinking). Más bien Yo, de nuevo. He aprendido algo ídem de usted. Siempre había creído que el término era agüitado; pero no, acuitado tiene todo el sentido del mundo: entre cuitas, cuetes, cuotas... cuates (préstamo de Les Luthiers...)
El Cuero Ese
jiji señorita.
Yo quiero conocer a tu abuelo y que en vivo me diga "que ya dije recógete la herramientaaaa?". Y lo de a Michigan. Es un personajazo. Para concluir, Livi hizo un comic de su abuelo y ella que está poca madre. Exijo que compartas con tus lectores por lo menos una página.
Y claro, lleva a Clau y a Edna y a las Zoilas, la fiesta necesita GIRL POWER.
Y siguiendo la idea de las necesidades: Yo necesito más historias sobre Pedro Tapia contadas por la señorita Hierbabuena, también necesito sus palabras.
CUERO CABEZUDO: ha adivinado mi segundo nombre: Mercuria. ¿Por qué me exhorta a disfrutar? No se equivoque, Cuero, los estragos de hace unas semanas no evitan que disfrute mis diarios entrenamientos de esgrima, la cátedra extraordinaria que tomo, lecturas y menos aun impedirán que este sábado, en casa de la arriba comentante eche el huarachazo.
SIOFIE FATALE: qué bueno que te gustó la historieta pero ¡cállate los ojos! porque la original está en manos de mi abuelo y la copia se la regalé al Tomás (buuuuuuu).
La frase es "¿qué? ¿ya dije júntate la herramienta?" y prometo hacer un post respecto de la que alude al tío Gume. Nos vemos en la bacanal del sábado.
EDUARDO:¡ora! Es que no me conoce. Suelo apabullar al prójimo.
jejejee. que lindo post livi. Estuvo de lujo. En serio me recordo mucho al mio, solo que el asunto era a pura cerveza.
Thanks.
ESTE ES UN MENSAJE PARA EL CUERO ESE
Exijo me enseñe a usar las cursivas y las negritas o el hipertexto... en los comentarios!!
Yo quiero hacer eso, o eso, o eso... pero no sè como, lo vè usted?
Ay le encargo
NEGRITAS CUCURUMBE
Las mismas "HTML tags" que uso yo, son las que usa (muy bien) Livi... Y, ella sabe, yo aprendí grandecito...
Aquí
este enlace que explica lo más básico. Servida, Fosfocito
PD Toda consulta causa honorarios...
No me asustan las mujeres apabullantes, no me intimidan; si sus historias son buenas, las disfruto.
La historia está buena, pero neceistas un diccionario.
MAJADERÍA: qué bueno que te gusto, Cristina, en serio. Espero que a estas alturas sepas de la fiesta de Sofie; por si las dudas te enviaré un mensaje al rato.
FOSFOCITO: el Cuero sabe eso y muchas otras cosas rete interesantes.
EDUARDO: bien.
ANÓNIMO: ay no ma... a mí no me quiera aleccionar ni dar consejos. Ya ni el Cuero Cabezudo que es hombre entendido.
Keep up the good work
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