LA TROMPETISTA DE FALOPIO: enero 2008



martes, enero 29, 2008

LA ASUSTADORA

Quien me ha tratado conoce mi afición, ésta que viene de cuna, pues mi primera palabra fue "redrum." Veo todas las películas de espantos, aunque se divulgue su mala calidad. De vez en cuando paso horas mirando fotos o videos de presuntos fantasmas, duendes, muñecas poseídas, demonios y fenómenos poltergeist. Además, suelo pedir a mis interlocutores que compartan conmigo anécdotas tenebrosas.
Más de una ocasión he considerado abandonar la Filosofía, para entregarme al estudio de eso que vulgarmente se nombra “lo paranormal.” Sin embargo, tras la saturación imágenes llega la noche con pasos crujientes, entonces me achico bajo las sábanas, estremecida me prometo no volver a la búsqueda de horrores. Debido a que me impresiono fácilmente hasta el desmayo, no tengo vocación cazafantasma. Sin embargo, he resuelto dedicarme a otra horrible ocupación.
Estoy harta de leer “a continuación veremos una clara fotografía del fantasma,” frase a la que sigue una imagen como la siguiente:




También Carlos Trejo me fastidia, pues promete una grabación de tres infantes asesinados por su madre (ah, el cliché), pero en vez de escucharse voces desesperadas, se escucha algo parecido a los niños cantores de Chalco, ya que entonados y serenos, los dizque fantasmas gritan al unísono “no mamá no.” En adelante me dedicaré a la producción de fraudes paranormales de primera calidad. Esparciré rumores terroríficos pero verosímiles, y fabricaré montajes que parezcan evidencia irrefutable. Mas no lo haré para ganar centavos a costa del engaño, sino por el puro gusto de causar escalofrío, pesadilla y alucinación.

Bonus:

http://youtube.com/watch?v=Ow4m-0dokcw

http://youtube.com/watch?v=ZbGY8HYzZI0

http://youtube.com/watch?v=Q12b_MBxiLE

viernes, enero 25, 2008

MISCELÁNEA ANÍMICA

Hay días que uno está entelerido, de modo que se guarda en casa, para no dar trastumbos ni causar pena al prójimo. Otras veces uno se encanija y echa haches y chés, hasta que le arde la lengua. También hay temporadas en que uno se siente colmado de contentura, engalanado. Yo no sé qué fue primero, si la rabieta, la risa o el llanto. Me dirá usted que la vida es una mezcla de estados de ánimo, que en ella el orden cronológico es irrelevante. No estoy de acuerdo. La secuencia determina la perspectiva. Uno puede creer que no importa cuánto merezca la dicha, ni cuánto haga por conservarla, pues al final lo maravilloso conquistado o recibido se va al carajo, y en su lugar sobreviene el dolor; entonces domina la idea de que la vida no es más que una constante amputación. Pero también se puede invertir el orden, creer que a los días adversos siguen los de abundancia.
Elijo la ruptura de algunos lazos, costumbres y viejas maneras. Hoy todo es proyecto . Amanecí con la risa y con los ojos nuevos.
sábado, enero 19, 2008

BUGUILI BUGUILI BUGUILISHÚ

Para que haya fiesta es necesaria la asistencia de al menos dos personas; eso en términos estrictos. Sin embargo, en ocasiones me entra un ánimo festivo y nadie está presente, ya porque es inicio de semana, tiempo de exámenes o porque apenas canta el gallo. No sólo contener el llanto hace daño; científicos húngaros han demostrado que la contención del ánimo festivo es causa de insomnio, retortijones en las tripas y protuberantes ojos de pescado. Puesto que confío mi salud a la ciencia, toda vez que me invade un buguili buguili buguilishú, suspendo mi anterior actividad cualquiera que ésta sea, subo el volumen de la música y me pongo a dar piruetas, caderazos y brinquitos. Así como un texto está dirigido a posibles lectores, así la fiesta puede llevarse a cabo con posibles invitados. Ésta es la fiesta unipersonal, fiesta de un martes por la mañana, con su buguili buguili buguilishú.
sábado, enero 12, 2008

QUIERO SER TU YOKO ONO

No sé cuándo empecé a buscar esa persona. No sé quién es esa persona. No la conozco.
Alejandra Pizarnik, Diarios.


Cuando veo una imagen de Yoko Ono quiero arrojarle un ajo. Pienso que tal vez tenía algún talento, entonces miro sus exposiciones, pero ni me gustan ni comprendo; luego la escucho cantar y es como si mataran un gato a tamborazos. Yo no deseo parecerme a Yoko Ono en cuerpo, mucho menos en inventos. Sin embargo sé que ambos nos encontraremos. Voy a reconocerte y seré dócil a tu abrazo. Quiero que cuando llegue esa hora no repares en mi cabello enmarañado ni en mi nariz peculiar. Que no te asuste mi sensiblería. Que te regales en una canción. Que me invites a pacificar el mundo, durante una semana los dos metidos bajo tus sábanas. Que eches raíces. Que digas mi nombre en mitad de la noche. Que halles maravilla, donde los otros sólo ven mi medianía. Que cada uno ponga la mitad del cielo.

sábado, enero 05, 2008

LOS NIÑOS DE ENERO

Recuerdo días de infancia y contento, pero de todos ellos ninguno era más importante que el seis de enero; porque cuando uno es niño espera esa fecha durante todo el año, o casi todo, porque aveces la olvida y se porta mal; entonces un dedo índice, dedo adulto, apunta hacia arriba, no olvides que los reyes magos están viendo tu grosería.
La verdad es que cada año, al comenzar diciembre, me entraba el temor de que los reyes magos no me dejaran regalos, porque había hecho cosas como mentir, rezongar, comer dulces hasta la caries y el empacho, molestar a otros niños, torcer la boca cuando me ordenaban algo; de todos modos escribía mi carta con pedido, disculpas y promesas de buen comportamiento. Sin embargo, el seis de enero comienza antes de escribir queridos santos reyes, sé que este año no me porté muy bien, comienza cuando uno camina en los pasillos de la juguetería y mira los estantes que contienen patines, pastas de colores, superhéroes con espeluznantes enemigos, juegos de mesa, tractores, muñecas apiladas, casas menuditas con habitantes menuditos. Hay que mirar aquello cara a juguete, porque los juguetes nunca son tan buenos como los anuncian en la tele.
Al fin llega la noche del cinco de enero, que es un gran conflicto para quien es niño, porque la avidez del mañana lo tiene cual tecolote, pero sabe que dormir es de necesidad absoluta; a saber cómo, el niño concilia el sueño. Amanece el seis de enero, no hay en su corazón más que euforia, rompe la envoltura de los regalos, que no son regalos cualesquiera pues vienen de un lugar remoto, y sí, esto es lo que pidió, y esto también y aquí hay algo más, busca a los vecinos, primos, amigos, para saber qué les trajeron; se une a los niños y las niñas de enero, que salen a la calle con muñecas en los brazos, con objetos que huelen a plástico nuevo, que hacen música, gruñen o irradian luz azul y roja, los niños de enero que corren y que ríen cuesta abajo sobre ruedas, hasta que anochece.


Apéndice
Podríamos decir qué artimaña de porquería, nos educaron en la dinámica del buen comportamiento para conseguir el premio, reyes magos, alcahuetes de la moral heterónoma. Será el sereno pero yo no lo digo, porque en el fondo no creo que sea reprochable algo que genera tanta felicidad. Dicho sea de paso que antes los juguetes eran buenos, no como las muñecas de hoy, con mechones, brillos, tops, lápiz labial de muñeca, y barniz de uñas en los pies ¿y cuál es el siguiente paso? ¿Mandarlas a trabajar a Tlalpan? Ah, qué tiempos aquellos de máquinas de raspados, trompos Duncan, Tetrix, Pacman, Ice climber, pistolas de agua, juguetes mialegría y cochecitos micromachine.