MUNDO ONÍRICO Y LUCIDEZ
Mis experiencias oníricas más fascinantes han sido los "sueños lúcidos," es decir, cuando uno se da cuenta que está soñando y modifica el curso del sueño. Sólo he tenido tres experiencias de esta clase, pero les contaré las dos que más me gustaron. Primera: salí de ver a un maestro que estimaba mucho, un monje budista, creo; caminé por un sendero de hojas secas hasta un gran campo verde. Frente a mí había un cerro. Entonces pensé: "estoy soñando, puedo hacer lo que quiera," y como no se me ocurrió qué hacer, corrí. Segundo sueño: yo era una niña. Bajo las cobijas estábamos un cachorro blanco y yo. De nuevo pensé "puedo hacer lo que quiera," así que soplé sobre la cobija que me cubría en el sueño, con lo cual logré elevarla una y otra vez.
También me sorprenden las frases que durante el sueño se pueden construir. La semana pasada, por ejemplo, soñé unas palabras: "nuestro destino son los gusanos y la memoria." Ojalá quien dibuja y escribe fuese la misma que sueña, y no ésta de la vigilia.
Etiquetas: mundo onírico, piradeces
5 Comments:
wow!!! qué vida onírica tan prolífica. yo también recuerdo casi siempre qué he soñado, pero a veces me parece que mis sueños son muy, muy absurdos, como el resultado de mezclar en una licuadora un poquillo de memoria, una pizca de los sucesos del día y harto condimento inconsciente... y luego están las pesadillas...
saludos, n.
Muy de Alice in wonderland, eso de las tortillas voladoras, creo que es algo asi como los trailers de la caida del agujero del conejo segun Timburtón.
Yo no, yo nunca recuerdo lo que sueño y algunas veces me dan flashbacks durante el dia, una sensacion de deja vu, pero como es tan flashazo, lo olvido de nuevo.
No he soñado en mucho tiempo... at least not that i know of, me siento como skynet, i just became self aware y no se que pedo.
Te comparto uno de los sueños que cada que lo recuerdo me pone melancólica:
Voy caminando cuesta arriba por una colina verdosa, conforme avanzo, la neblina espesa. Al llegar a la cima veo que camino abajo, se alumbra por una cantidad infinita de veladoras encendidas y cruces por doquier. La gente va llegando a este camposanto, cargando flores y con caras tristísimas, mientras bajo, trato de solidarizarme con el dolor de esta gente manteniendo mi cabeza agachada en señal de respeto a su duelo. Al llegar a la carretera empiezo a pedir aventón y una chica de un ex – trabajo y que tenía tiempo que no saludaba, me ve, me reconoce y se ofrece a llevarme. No logro entender su expresión pues me mira con ojos incrédulos y me dice: -es que vestida así es imposible no ayudarte. Yo me asombro de lo que dice, dudo de sus palabras y miro mis ropas. Voy vestida con un hábito de monja color café con velo negro, un rosario atado a mi cintura y calzando sandalias. No puedo evitar enviar bendiciones sin ton ni son a todos aquellos que me ven con cara de simpatía y respeto.
Muy loco! Bueno así tengo varios.
Felicidades por tu blog, muy entretenido.
Bueno, pues fue como rasgar el velo de Maya un momento. Ahora he regresado al estado anterior de anonimato. ¿Qué te parece? ¿Estás de acuerdo?
Atentamente: A.G.
Yo tengo, también, la facilidad de recordar mis sueños, con todos sus detalles, incluso los colores. En mis años de terapia el psicoanalista se daba una buena "panzada" con mis historias. Que andes bien. Abrazos.
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