LA TROMPETISTA DE FALOPIO: enero 2006



lunes, enero 30, 2006

...DE CANASTA Y CON REBOZO DE BOLITAS. O AQUELLOS DÍAS DE ALEVOSÍA.

A Thomas Meier .
Mi familia materna está llena de sorpresas, pero de todas ellas ninguna como la que ahora voy a contarte. Figúrate que teniendo yo dos años y unos cachetes que daba gusto pellizcarlos, mi abuela comenzó a sentir mareos ¿no será, Doña Margarita, que ya salió otra vez con su domingo siete? le preguntaban y ella que no, que segurito era la menopausia. Jajajó, dijo el médico, usted está mucho muy embarazada. Mi abuela prometió que si niño era le llamaría Meno, que si niña Pausia.
No fue Meno sino Memo el nombre de mi tío, que en un sentido estricto tampoco era mi tío, porque no me daba mi domingo, ni me entibiaba la leche y encima de todo se hacía pis en la cama. Aquel fue para mí un hermano, a menudo enfadoso y llorón como supongo que son los hermanos menores. Era habitual jalarnos las greñas, picarnos los ojos, soltarnos sopapos y una vez hasta me aventó el desarmador; sin embargo, también nos divertíamos mucho, especialmente cuando otros niños acudían a jugar con nosotros.
Si hubieses sido nuestro vecino recordarías aquellos juegos, la fuente con su fondo azulino y estrellado, el capulín, la bodega que guarda herramienta de mi abuelo, el columpio, carmín la azotea con todo y su chimenea y a doña Luz asomada, porque hubiese fiesta, juego o comilona, doña Luz estaba siempre ahí, dizque tendiendo la ropa, tuese y tuese como decía ella.
Además de la casa de espantos, nuestro juego favorito era el dentista. Acostábamos a los pacientes y les obligábamos a tragar toda clase de menjurjes, harina cubierta con salsa valentina, chocolate con limón, leche salada y cállese que los médicos somos nosotros. Porque éramos peleoneros mas no sonsos, sabíamos cuándo aliarnos, como aquella vez que so pretexto de jugar a los ladrones, colocamos una media en la cara de cada vecino para luego jalarla y verle la piel estirada, ora hacia arriba como chinito, ora hacia abajo como viejito; eso sí: nosotros no usamos media porque somos los policías. Si te sigo narrando las cosas alevosas que hicimos, no acabaría en diez cuartillas, por eso concluyo con lo que quizá sea la anécdota más representativa.
Figúrate que mi madre compró dos patitos, uno para Memo y otro para mí. Ahí nos tienes viéndoles flotar, de pronto a este tío se le ocurre sumergir su mascota hasta el fondo y al verle sacudirse nos botamos de risa. Bien que me daba asco la sensación de un cuerpo húmedo en las manos, a Memo le pedí que repitiera la maniobra con mi patito, complaciente lo hizo, ora el mío ora el tuyo ora el mío ora el tuyo y así hasta que mi abuela nos descubrió. Gritando se llevó a esas criaturas temblorosas y de plumas relamidas, para ponerlas de inmediato junto a la estufa.
He escrito esto a petición de Thomas, quien afirma que decirme conmovida ante una rata mojada no es más que hipocresía. Al menos yo no me valí de agua hirviente con jabón para eliminar colonias enteras de hormigas, dejando vivir las rojas y matando las morenas, viejas y malancas; eso es algo que sólo se le ocurriría a un niño alemán. Para la tranquilidad tuya, lector, y la de Thomas, los patitos no murieron. Con calor, té de flores y acupuntura, superaron aquella experiencia y en su adultez de pato fueron hermosos, fuertes y nacarados.

CITANDO A MARÍA ELENA WALSH

Con esta moneda
me voy a comprar
un ramo de cielo
y un metro de mar,
un pico de estrella,
un sol de verdad,
un kilo de viento
y nada más.
viernes, enero 27, 2006

LOS ENEMIGOS DE SHERLOCK HOLMES



Gracias a la amabilidad del señor Moriarty puedo escribiros estas líneas (...) El profesor me ha revelado los medios de que se valió para escapar de la policía inglesa y seguir paso a paso nuestras huellas. Estos medios ratifican claramente la alta estimación y el alto concepto en que yo tenía y tengo a este hombre admirable.
Sherlock Holmes

Si te gusta la literatura inglesa, humorística, policial o todo ello, seguramente has seguido de cerca las hazañas de Mr. Holmes. Ahora que si no lees ni los subtítulos de las películas o te regodeas solamente en líneas tristes o posmo, no negarás que algo sabes en torno a este personaje, puesto que su fama ha llegado a casi todos los oídos occidentales, sean azucarados, rugosos, mezquinos, peludos o posmodernos. Doy por hecho entonces que no ignoras el genio, método e imaginación de la mente de Holmes, misma que como has notado es una de las grandes representantes de la razón racionalista, que todo lo puede y a la cual nada escapa.
Mucho mérito le ha sido atribuido a este señor, pero qué hay, digo yo, de sus enemigos. Holmes no se enfrenta con tipos que llevan a cabo groseros y vulgares crímenes, sino a brillantes caballeros de pipa y guante. Mas no por atildados y calculadores dejan de ser el diablo encarnado, protagonistas de una larga serie de injurias a ingenuas damas y hombres de bien. La maldad es descubierta por Holmes en la mirada, los gestos y hasta el modo en el cual el bigote cae sobre los labios (¡Esos bigotes dejan ver que es usted un patán!) Si los malos no fueran malos que hacen llorar al niño Dios, el portento de detective no podría írseles encima tal como hace. Imagínate nomás los dilemas que habría de afrontar. Por su maldad, elegancia y agudeza, ovaciones y aplausos a los enemigos de Holmes.
Es una pena haber nacido en este mundo posmo de pacotilla, habitado por personajes odiosos pero estúpidos, prosaicos y patéticos. Exijo la presencia del profesor Moriarty.
martes, enero 24, 2006

QUIERO SER GURDULÚ

-Impetro gracia para él, Majestad –dijo el hortelano. Ha sido uno de sus habituales despistes; al hablar al rey se ha confundido y ya no se ha acordado de si el rey era él o aquel a quien hablaba.
Italo Calvino.

A Sócrates le gustaba dialogar porque era un señor muy listo que nunca se equivocaba. A mí, en cambio, amores, desatinos y calores me han sorbido el seso de tal modo que pocas veces tengo la razón; por ello, a diferencia de Fedro, Fedón y Lysis, mis escasos interlocutores jamás suelen decirme cosas del tipo:
- Sí, Livi, necesariamente.
- No podría ser de otro modo.
- ¡Por Zeus! Soy de la misma opinión.
Antes me gustaba discutir, pero ya no. Muchas veces, cuando hablo con alguien que mantiene una postura contraria a la mía, ni siquiera entiendo su jerga, o quizá la entiendo, pero no he leído la parte que cita, o mi interpretación es distinta o simplemente no me importa. Al final, el cristiano sigue cristiano, el cientificista cientificista, el tarugo tarugo y uno hace de tripas corazón.
Renuncio. Desde hoy me dedicaré a la mímesis, como hacía Gurdulú. He de echarme al agua al ver un pez; de croar y saltar, contenta, cada que me acerque a una rana; de acuclillarme y aletear al encontrarme entre patos; de torcer los brazos y permanecer inmóvil junto a un ciruelo, para luego rodar con la ciruela que cayó del árbol y pinchar como pinchan los erizos y mecerme con la hierba.
viernes, enero 20, 2006

VEN A LA PIRAGUA

Pero qué necesidad de ver estas caras de telera, dijimos mis compadres, Diego y yo tras la cadena, qué necesidad de ser malmirados y malmodeados por no tener reservación. Al fin que ni queríamos hacer sonar nuestro fino calzado en tal sitio. A lo maduro, a lo seguro, nos fuimos todos al preferido tugurio, donde los meseros se dirigen a nosotras del modo siguiente “mami ¿qué tú quiereh que te sirva? ¿Pa’ qué tú quiereh que te sirva, chica?” Bueno, la verdad es que eso nomás ocurre en nuestra imaginación, quedigaquediga: en la de mis amigas, porque lo que se dice a mí, sólo me da por imaginar borregos cuando no logro dormir.
Ay chinitas qué parejas tan bonitas. La mano de la dama en el cuello del caballero, el caballero liando los brazos de la dama y ambos liados daban ora un pasito ora un giro; chunde y hombros se mecían en cadencia licenciosa y ven a la piragua, ven a la piragua. Algún día seré como esos duchos para el zarandeo y dejaré mis pasos domingueros, que lo mismo aplico a la cumbia, que a la salsa y cachachá, variando únicamente velocidad, soltura y meneo, como la ordinaria bailadora que soy. Ordinaria pero entusiasta, eso sí, porque a final de cuentas lo que vale es el entusiasmo y la contentura.
Mama rumba. Hogar, dulce hogar.

miércoles, enero 18, 2006

EN EL FONDO Y SUS ENCAJES

Pese a lo que digan las malas lenguas, soy una persona triste. A menudo me excedo y afirmo que soy presa de grandes tragedias y para decirlo con Arlt, termino “tendida en la cama; los ojos hinchados como duraznos, un pañuelo empapado de vinagre y dos rodajas de papa en las sienes.” Eso sí: a mis ojos los dejo en sus cuencas, pues basta quitarme los lentes para que todo se vuelva confuso y oscuro como mi alma. Cesan los lagrimones con un baño de agua tibia y un litro de helado y luego de ello vuelvo a bailar como chapulín sobre el comal. Así de fugaces son mis cuitas.
Casi siempre advierto el detonante y no hablo aquí de veleros, ni de fragmentos lucrecianos, ni de cualquier otra cosa igualmente poética; hablo de esas cosas desprovistas de encanto que suelen ocurrirme y que son las que me afectan en el fondo y sus encajes. Pongamos por ejemplo una renuncia más a fuerza que de ganas, una decepción amorosa, uno de mis desfiguros, una ausencia punzante o una riña con ese té de ajenjo que es mi papá. Pero figúrate que de pronto no hay riñas, ni ausencias, ni desfiguros, ni decepciones, ni renuncias; que lo maravilloso acontece y que al hacerlo me pongo de un triste que ríete de Magdalena.
Cuando uno tiene cuatro o cinco años conoce el motivo de su aflicción, como el dentista o la paleta de grosella que los papás se niegan a comprar, y uno no se devana los sesos ni el alma buscando causas ni se convierte en nudo marinero. Qué tiempos aquellos señor don Simón.
sábado, enero 14, 2006

DE ANCESTROS, AMORES Y AZARES

A Thomas Meier

Antecedentes milenarios

Las partículas minúsculas tuvieron que combinarse de tal suerte que en la tierra surgiese la vida. De entre las especies aladas, viscosas, acuáticas, andantes, orejilargas, multicolores, paticortas y acorazadas, solamente una cayó en la cuenta de su existencia y se formuló preguntas para sus adentros y sintió un crispamiento en su pecho.

Antecedentes Centenarios

Hubo tu tatarabuelo de ponerse zurumbo al conocer a tu tatarabuela. Hubo mi bisabuelo de guiñarle un ojo a mi bisabuela. Hubo tu abuelo de lanzarle una flor a tu abuela. Hubo un seminarista de abandonar las pretensiones sacerdotales y renunciar a los estudios teológicos, para conocer a Carmelita y con ella casarse. Dos partos en caras opuestas del mundo.
Por un pelito de rana
Tras una cadena de caprichosos azares, por fin coincidimos en un punto geográfico, temporal e ideológico. Pero imagina que nadie nos presenta, que pasas de largo sin reparar en mi estancia, que no acepto el café o que lo acepto pero esa tarde uno de los dos es atropellado por un camión materialista. Imagina que al conversar nos detestamos, o que simplemente nos brotan lágrimas de aburrimiento. Imagina que no nos descubrimos ni reconocemos, el uno en la otra, la otra en el uno. Mira nada más, Maia, lo contingente de un acontecimiento maravilloso. Esto, aquello y lo otro para ti. Para usted, lector, una imagen de Maia y yo, le será sencillo identificarme.

martes, enero 10, 2006

LA RATA ME DIO TRISTEZA

Hace un par de semanas, al abrir la puerta hallé una rata. Apenas cayó en la cuenta de mi presencia, corriendito se guareció tras un macetón. Temiendo por la salud mía y de los otros inquilinos, corriendito le avisé a mi madre. "Hay que matarle" dijo y no teniendo la sangre fría para hacerlo, corriendito solicitó a la vecina que llevara a cabo la tarea. La vecina miró a su esposo, el esposo a su hijo, el hijo a su hermano y el hermano al portero. Ya por temor o repugnancia, nadie se atrevía a darle cuello a tal especímen de la fauna nociva.
Con el peligro que alguno de los presentes, en un arrebato de heroísmo tomase la escoba o el martillo que habrían de fungir como instrumentos de muerte, opté por echar un poco de agua tras el macetón. Ignorando su inmundicia, miseria y la aversión provocada en otros, la rata corrió escaleras abajo, así, plomiza, húmeda y trémula, sobre todo eso: trémula.
Sentí una tristeza que no me cabía en el pecho, como cuando reparo en un zapato o un juguete abandonado en mitad de la calle, en el sol cansino, en un velero, en la ajada mano asida a un barandal, en un columpio, en un pez muerto a orillas de la playa o acaso en un papalote hecho jirones.
viernes, enero 06, 2006

A GASPAR TAMBIÉN LE DA POR RUMBEAR

Era ayer mi voluntad la de hablarte en torno a Sherlock Holmes, pero he aquí que esta mañana al levantarme, hallé al pie del árbol navideño una variopinta ringlera de regalos. No es por depreciar, puesto que todos ellos tienen su gracia y beneficio, pero la mera verdad es que uno me ha cautivado y conmovido hasta los pulgares. Figúrate que la portada versa ansina: "RUMBERAS, GUAPACHOSAS Y GRACIOSAS" y que incluye el ícono que se encuentra en la cabecera de este espacio. Infiero que los reyes magos suelen aquí visitarme, que satisfechos están con mis maneras de santa, que me conocen tanto como mi madre y que el hacedor de tal portento es Gaspar, ya que tanta candela sólo es propia de los soruyos.
Ay, lector de mi cucharón, nomás hice sonar el regalo e involuntariamente se movieron mis meñiques, agitáronse los brazos, antebrazos y cadera, pues festivas eran las percusiones y las trompetas en manos de nada más y nada menos que la Sonora Matancera, Dinamita, Santanera y hasta el plus de Mike Laure, todo ello en un sólo disco que me recuerda las señoras pachangas que solían celebrarse en casa de Pedro Tapia, mi abuelo. Aquí la dejo, lector y feliz me retiro moviendo el chunde y la maraca por eso le digo mi negrita linda ven pa'ca con tu pollera colorá, pa'lla, pa'ca como ella baila pa' gozar, con su pollera colorá...