LA TROMPETISTA DE FALOPIO: ACERCA DE UNA VOCACIÓN



ACERCA DE UNA VOCACIÓN

Tengo la impresión de que esto nomás lo comprenden mis compañeros del laboro, especialmente la muchachada. A veces le platico a algún amigo “uy no sabes, el otro día vimos tal tema, entonces los chavos preguntaron cosas que no me había planteado y se pusieron incendiarios y se armó un debate que cállate las orejas y y … “ Y el interlocutor pone la misma cara que si estuviésemos hablando de molcajetes. Otras ocasiones he recibido comentarios despectivos acerca de mi labor, pues para algunos el dinero, las ponencias y los posgrados valen más que la docencia en una preparatoria. En cuanto a transformación social, un cuate me dijo que “desde la trinchera docente se puede hacer muy poco.” También he recibido comentarios dirigidos contra el sector con que trabajo: “adolescentes de escuela privada = pequeñoburgueses guanabí que no merecen la dedicación de Nosotrosloshumanistas”, ante lo cual pregunto: ¿acaso fomentar la discusión y la crítica no es importante en todos los niveles educativos y clases sociales?

Uno podría decir “estas generaciones son frívolas y nihilistas,” pero no es cierto; siempre hay gente que cree en otros mundos posibles. Ahora, por ejemplo, me tocó un grupo de quinceañeros a toda madre, pues hay varios músicos, un cinéfilo, alguien clavado con el tema de las dictaduras en Latinoamérica, una chica que sabe quién fue Sócrates (ella misma argumentó contra la validez de la creencia en la virgen de Guadalupe) y esa otra que el primer día de clases se presentó diciendo “yo amo el blues.” La verdad es que he hecho más de un entripado, sin embargo es el mejor trabajo que he tenido, porque no había sido tan feliz en otro. Cada día que estoy ahí siento satisfacción por algo simple, como confrontar o compartir ideas, notar avances individuales, colectivos; ver juntos una película y luego discutirla. Además los adolescentes son muy divertidos, nunca falta quien dice algo que nos hace reír a todos. Y no importa si de repente pintan mal otros aspectos de mi vida, porque dentro del aula olvido mis males. Esto sonará cursi, pero me vale: amo este trabajo.

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14 Comments:

At 12:15 p.m., Blogger Esponjita said...

Nel, yo estoy de acuerdo con usted: no hay mejor lugar para operar la transformación social, que en el aula, mucho mejor si son adolescentes.
Si muchos de los doctorsotes que rondan por la fac y el inst. bajaran de su topus uranus a dar clases de preparatoria, las cosas serían mucho mejores.
Esa es la edad en que despiertan y se encaminan las vocaciones.
Sígale, que su trabajo es ultraimportante.

 
At 12:35 p.m., Blogger Montserrat Algarabel said...

¡¡¡Colega!!! Te comprendo. Yo di clases como 6 años (ya ni me acuerdo bien cuántos fueron) en una prepa fresa de chavillos "guanabí" y, a pesar de los muchísimos entripados que le hacen pasar a uno, no hay cosa más maravillosa que una clase redondita, sabrosona, de esas que uno dice: jíjoles, ¡ora si le dimos al clavo!
Hace ya como tres años que no doy clases y la verdad que lo extraño mucho por que es maravilloso...
Un saludo, n.

 
At 1:46 p.m., Anonymous Anónimo said...

La gente odia a los adolescentes como se odia todo lo que no se comprende, a esos quinceañeros que aparentemente no tienen oficio ni beneficio, simplemente hay que darles algo que amar y algo que defender, entonces todos aquellos que miran por encima del hombro a los pubertos y a sus maestros se darían cuenta que hay más pasión en ustedes que en ellos mismos.
Me hace feliz saber que todavía queda gente dispuesta a sembrar la semilla de la inquietud en los estudiantes mexicanos, y me hace feliz saber que todavía hay gente que lo hace por amor a su trabajo.

 
At 1:33 p.m., Blogger el cuero cabezudo said...

Queridilla:

A fe mía que nunca he entendido la necesidad de su merced de buscar aprobación a vuesos procederes. Usted, afecta al cine de charros, ¿no recuerda a Pedro Infante afirmando su independencia con aquello de: Yo soy yo y que muera mi abuela? Sé que quiere mucho a su abuela; ese no es el punto, sino su insistencia en justificar sus convicciones. Uno es como es, y los afectos que así le llegan son los más auténticos. Esos fueron los pros. ¿Y los contras? A su edad me encantaba dar clase. Conforme pasó el tiempo, me empezó a aterrar cada vez más mi falta de originalidad: entre más se sabe, más se duda. Quiero convencerme de que de eso se trata, de enseñar a dudar sanamente, ya que como decía Poincaré, la duda no es el fin, sino el principio del conocimiento. Además, ojalá y pueda extender su fase quijotesca, y no escuche el consejo mundano de Sancho, que durante su gobierno de la Isla Barataria declaraba:

Y denme de comer o, si no, tómense su gobierno, que oficio que no da de comer a su dueño no vale dos habas.

Abrazote.

 
At 2:35 p.m., Anonymous Minerva said...

Claro que la docencia es importante, yo achaco mucha parte de los problemas de nuestro país a la mala docencia que existe en todos los niveles, sobre todos en los básicos. Que bueno que tu, siendo tan joven ames tu trabajo, no hay nada tan bonito como eso y no hay algo tan valioso para un joven que un profesor crítico y generoso. Mis buenos profesores son inolvidables y todos fueron una luz en mi camino. felicidades por tu noble trabajo!

 
At 3:14 p.m., Anonymous Lupe Revueltas said...

Me encanta que disfrutes tu trabajo, definitivamente mis grandes cambios han sido provocados por algunos profesores. Me encataría ser tu alumna :)

"Sembrad rebeldía y determinareís una cosecha de libertades"- Práxedis Guerrero

 
At 8:26 p.m., Blogger Violeta Vázquez-Rojas said...

Tres (tipos de) profesionistas que tienen pase directo al cielo:
(a) El que inventó google. (lo sentimos, no hay vacantes)
(b) El que recopiló el Corpus del Español de la Real Academia de la Lengua (son varios, aunque es posible que su lugar en el cielo sea ocupado por el que ocupa el puesto (a)).
(c) Los maestros de preparatoria.
Ya la hiciste, chava. Aunque mi recomendación es: mejor vámonos con nuestros alumnos al infierno. En el cielo los vamos a extrañar.

 
At 9:41 p.m., Blogger Juan Palomino said...

Pues yo muero de ganas de dar una clase de filosofía a preparatorianos. Estuve a punto de dar una en mi prepa; era de lógica pero yo la pensaba transformar en una de retórica, jejeje. Me ganaron la plaza, mala onda; pero espero algún día hacerlo. Y estaría chido antes, si me lo permites, platicar contigo y que me compartas tu experiencia. Saludos!

 
At 12:17 p.m., Anonymous Anónimo said...

Coincido completamente y extraño a mis mocolientos. Buaaaa.

 
At 5:15 a.m., Blogger fgiucich said...

Lo importante es que te sientas cómoda con lo que haces y, además, te guste. Abrazos y buen comienzo de año.

 
At 9:36 p.m., Blogger Livi Jazmín said...

ESPONJITA: no sé si sea el mejor lugar, querida amiga, pero estoy segura de que también se pueden hacer transformaciones sociales desde ahí, o por lo menos, sembrar condiciones de posibilidad para ello. Pienso lo mismo que tú acerca de los doctorsotes.
NIMBEMON: "...una clase redondita, sabrosona." Exactamente, sí que me comprende, colega. Qué padre que diste clase tanto tiempo; yo llevo dos años y me gustaría seguir en eso.
PIMIENTO ROSADO: simón, además como si nosotros no hubiéramos sido pubertos. Saludos.
CUERO CABEZUDO: caray, no me psicoanalice en público (que para eso tenemos otras vías.) Mejor hagamos de esto una discusión general, sigamos con el tema de Sancho y Poincaré. Un abrazo.
MINERVA: gracias, y bueno, el mérito en gran parte es de mis maestros (los que fueron, como dices "una luz en el camino"), pues en la medida de lo posible intento poner en práctica cosas que aprendí de ellos.

 
At 9:57 p.m., Blogger Livi Jazmín said...

LUPE REVUELTAS: ay mujer, si fueras mi alumna, yo aprendería más de ti, que tú de mí, digo, por tu conocimiento de Revueltas, revueltas, antropología forense, palabras en náhuatl, etc. Me encantó la cita.
VIOLETA: jajajajajajajaja, ora sí me hiciste reír. No te preocupes, los puntos que (gracias a la docencia) ganamos para ir al cielo, los perdemos con otras acciones...
JUAN: claro que sí, con mucho gusto. Oye, me asomé a ver tus ilustraciones: están chingonsísimas.
FONEMA: ya encontrarás otros mocolientos, estoy segura de que eres muy buena como mayestra. Si bien recuerdo, cuando nos conocimos yo comenzaba a dar clase y tú me diste un par de consejos.
FGIUCICH: estoy de acuerdo. Abrazos devueltos.

 
At 7:54 p.m., Blogger Libertad said...

Yo al igual que tú, decidí ser humanista y decidí dedicar mi tiempo a la docencia, al igual que tú me preocupa lo que sucede alrededor del mundo y creo que no hay mejor manera de hacer algo que empezar desde abajo, aunque eso implique algunos dolores de cabeza o entripados, en efecto, dar clases a adolescentes es vivir los enojos del momento, pero también es aportar una pequeña parte de eso que tú eres, un pizca de ese pensamiento nuevo, es hacerlos cuestionarse de todo y de nada, es enseñarles que las cosas no tiene que ser así...en ese sentido, dar clases es de las cosas más gratificantes que me han sucedido...

Saludos maestra, alguna vez alguien me dijo que los verdaderos maestros son aquellos que lo sienten y lo disfrutan, aquellos a los cuales no les pesa hacer las cosas y están dispuestos a dar más tiempo del que se requiere, estoy segura que tú eres una de ellas, que bueno es saber que en esta labor, no estamos solas.

 
At 7:39 p.m., Anonymous Trompetista de Falopio said...

VIOLETA: Lo mismo le digo, colega, de verdad da gusto encontrarse con personas que no sólo comparten el oficio, sino, sobre todo, la perspectiva en cuanto al papel de la docencia en la transformación de una sociedad. Muchos saludos.

 

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