SOBRE LAONDA NOVENTERA
Recuerdo que cuando salí de sexto de primaria, una tía me regaló un walkman, que en ese entonces era lo último en tecnología, al menos para los adolescentes clasemedieros. En mi walkman no sólo escuchaba los cassettes que había comprado, sino también los que grabé de alguna estación de radio; era una lástima que llegara el momento en que la cinta se atoraba, de modo que había que sacarla con cuidado; si se rompía, era necesario ponerle un poco de yures, luego introducir un lápiz en uno de los dos agujeros del cassette y órale maestro, a enrollar de nuevo, yabadabadú.
Ya que estamos en la hora de los viejos guilty pleasures, confieso que yo también dije me gusta un chorro está de pelos, fui a noches coloniales en las que bailé scatman, patiné en hielo y pensé que Gillette era radical. Podría añadir información sobre un par de telenovelas, pero sería demasiado autobalcón. Aquí dejo el post sobre la generación del lukas, las tardeadas, reino aventura y la abeja bailarina de Blind melon.
Etiquetas: gustos malsanos, viejos tiempos
13 Comments:
Jajaja. Todos sus recuerdos, trompetista, son también mios. ¿Cómo olvidar eso del caset atorado? ¿Y eso de ponerse a grabar música de la radio? Yo llegué a grabar los cuarenta programas de "el tiempo alterado: los 40 mejores discos de 1968", conducido por Jaime Pontones y transmitido por la gloriosa Rock 101. Subrayo lo de gloriosa Rock 101, porque sus secuelas, reactor y radioactivo eran pura bazofia. La neta es que, aunque fui chico de los noventa (la prepa la estudié del 92 al 95 y toda la carrera en los noventa), no me siento muy solidario de esa década:
Nunca me gustó el grunch, pues era yo chico progresivo que escuchaba a Frank Zappa, a King Crimson y a grupos tan obscuros como Toncho Pilatos. Nunca me vestí con camisas de franela, porque son muy calurosas y odio el calor. Tampoco enfundé jamás mis pies con las botas de obrero que a la sazón estaban de moda, siempre preferí los tenis "samba", porque era yo chico sport billy y nomás pensaba en andar pateando balones todo el día, y eso de las botas no facilita el toque fino ni el buen chanfle. Nunca bailé Scatman, incluso me declaré enemigo de toda música bailable en solemne acto camaraderil, y nunca asistí a una noche colonial, a pesar de haber estudiado en el CUM. Sólo una vez intenté patinar en hielo, pero me salieron ampollas en los pies, se me quemaron las manos y quedé con la ropa toda empapada, por lo que no lo volví a hacer nunca más. Durante algunos meses me provocó algo de simpatía el sub Marcos, otro ícono de los noventa, pero cuando entré a la UNAM, a filosofía y hierbas, me volví de derechas, nomás porque me gusta llevar la contraria, y a pesar de que en el 2000 (que aún era década de los noventa -esa fue también una célebre discusión entonces), después de la huelga, los autores y promotores de ésta en la facultad me propuesieron como candidato suyo al puesto de consejero técnico: ¡Y gané! Yo, el mayor derechoso de la facultad, tan anti-liberal como anti-izquierdista (y por lo mismo anti-Josu Landa), admirador de Lucas Alamán y monárquico(y por lo mismo anti-Miguel Soto), resulté representante, desde luego que no de la comunidad del colegio de filosofía, sino del grupillo compuesto por Juan Manuel Contreras (fray Escoba o "el Cañón"), Diana Fuentes, el "Bakunin" (un güey como de 50 años que seguía entoces y sigue ahora "pasando" las materias que le faltan) y por un hato de leninistas, espartaquistas, anarquistas, trostkistas, etc.
En fin, por todo lo dicho, está claro que siempre aborrecí esa cursi canción de blind melon y a su abejita, pero cúmpleme decir que está mejor que my sharona.
Uyyyys, los noveeeenta...jajaja...pos, de los noventas qué te puedo decir:
- Greña Larga.
- Franela y Cuadritos (Lumberjack!)
- Tardeadas con "danssss"
- Fajes tardeaderos,
- Muuuuuucho Serf!
- Etc, etc, etc...
Desafortunadamente los noventa terminaron con mi primer semestre de Universidad, y con ello muchas de esas cosas quedaron atrás...
Sad Sad Sad...abrazo.
Señorita, la conocì por el blog de su alteza y pos por supuesto que gratamente lectora ya de su espacio. Leyendo acà descubrì a un homble: Eduardo que tiene una moto peque y un casco provocador ahhh y tambièn este dolor de cabeza terrible. El asunto es que me fascino como escribe y quiero que el lo sepa (claro que igual y que importa lo que yo piense de el, pero aùn asi, quiero decirlo); pero no tiene direcciòn para contactarlo y hasta donde me da el entendimiento no puedo escribir comentarios en sus post. Por eso me atrevo a dejarle aqui mi agradecmiento por escribir eso que escribiò sobre la manera en que vive el amor con su ella.
mmmmmmmmmm
Dicen que yo tenía el pelo de Vanilla Ice en la prepa.
Eso cuenta para algo?
Debe contar para algo.
Chicas posmosexylectoras de Livi, les juro que si soy cool...
De vuelta a la mar y resumen de tu cuerpo son los lugares donde he leido a Eduardo, a ese Eduardo del que le hablo, Trompetista de falopio, sabrà usted algo de el??
lo que me gustaba de los walkman era que me obligaban a oir el disco completo, de ida y regreso a la escuela.en estos tiempos de ipod todo es tan fugaz, efimero, y sobre todo eclectico.
Válgame, yo no soy de los noventa, soy de 1984 (16 en el 2000).
Cuando los atentados del 11 de Septiembre de 2001 todavía no cumplía 17...
La década que va del 2000 a 2010 es la mía pero realmente ¿de qué se trata? ¿Seremos tan posmodernos que ya hi clichés hay?
Que alguien ayude a Lolita, parece que perdió a alguien...
Oseaosea, yo nací en el 83 pero hice el post de los noventa, porque ahí me tocó la transición infancia - adolescencia, que es una etapa en la que uno hace chingos de cosas que sonrojan diez años después. En fin. En cuanto a Lolita, darlin: no sé de ese sujeto desde hace tres años y nunca lo conoci en persona. Llama a locatel.
Ok, llamaré a locatel y les diré que no duermo pensando en el jajajaja
gracias trompetista
Mi década perdida... Después de cierta edad, todas lo son; como lo sugiere por ahí El Pardo, hay períodos (nunca, nunca escribo de tiempo, porque es redundante) que no tienen una base astronómica: la semana, una generación, una década, son inventos humanos (bueno, la semana tal vez pueda considerarse divina, si cree uno en los cuentos bíblicos)...
La de los años noventa fue la primera década completa que pasé fuera del país. En 1989 (¿cuenta?) estaba de moda por acá Eternal flame, con The Bangles y su cachondona (ejem, ejem; bueno, estaba solo) Susanna Hoffs. En 1992 casi, casi regreso, si reelegían al papá Bush... Pero nos tocó (bueno, a unos más que a otros) Clinton. ¿Quién nos iba a decir?
Pretexto para saludarte. Lo hago. Ya está.
PD Botella recibida; su contenido me puso por lo menos alegre, achispado... Ya corresponderé.
Noventas: Tengo muy pocas fotos de esa época. Entré al CCH, conocí a mis primeros grandes amigos. La música era alucinante, realmente no discriminaba, aunque lo más alucinante era el rock en español.
Tenía muy poco dinero, usaba unos suéteres horrorosos pero leía como obsesa y comencé a escribir. Cada día era casi una revelación. A pesar del taller gerardiano.
Saludos de la bandala clavada.
PARDO: ay sí ay sí el outsider.
KAROLO: el daaaaans, cómo olvidarlo. Un abrazo, costeño del alma.
TIRSO: sí, posmodernasexylectoras, yo tambíén les juro que Tirso es cool.
ROGELIO: simón, yo no tengo ipod, sino un mp4 y efectivamente nunca oigo la secuencia completa, sino que me salto rolas todo el tiempo; muy verdad.
ANÓNIMO: uy, no sé cómo se recordará esta década, espero que los emos sean olvidados.
CUERO CABEZUDO: uuuucha, en el 89 yo tenía 6 años. Me alegra el efecto de la botella, y qué chistosa la palabra "achispado."
BANDALA: jajajajajajaja "a pesar del taller gerardiano," en verdad deberíamos organizar el escuadrón antigerardian.
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