EL SÍNDROME HULK (Y SU FIN)
o. No se rían. En realidad es horrible perder la chaveta; sentir que el ritmo cardiaco se acelera, que cambia el color, se botan las venas ¡y reata compadre gallego! Punch, zaz, toing. Soy así desde que aprendí a hablar. Figúrense que cuando tenía dos años y mi papá me ordenó guardar los juguetes, contesté: “deja de estarme chingando,” frase que vaya a saber de dónde aprendí; por supuesto, no recuerdo aquel episodio, a pesar de lo cual no dudo que haya ocurrido.La cosa es que pasé de las rabietas infantiles a los arranques de adolescente y “adulto,” arranques en los que siempre encontré un modo efectivo para lastimar; y lo mismo que Hulk, muchas veces he desconocido a quienes están enfrente, al menos en el sentido de olvidar que eran personas queridas, o que en otro momento habían hecho cosas buenas por mí.
Ya entrados en gastos, quiero agradecer a alguien, alguien que desde hace tiempo me produce el deseo de ser una persona que construye. ¡Hey, macaco! Sabes que hablo de ti.
Etiquetas: a felicidade, agradecimientos, Filosofía con sabor, neurosis., traumas


2 Comments:
Bueno, aprovecho que nadie ha puesto comment en su nuevo post para colarme. Soy nuevo en esto de la blogueada, vicio que me inculcó mi amigo Christian. Entre sus links había uno de una tal "trompetista de falopio". La imagen que vino a mi mente sobre tal clase de músico me hizo dar click de inmediato en el link y desde entonces no he podido parar de leer. Me gustó tanto que hasta me estoy chutando el archivo completo. Reciba usted un gran abrazo desde una misteriosa ciudad al norte del país, y si puede, ejercite su máxima socrática y visite mi blog.
Bienvenido, en corto me asomaré a su blog. Salucita.
Publicar un comentario