Ciudad Universitaria es un espacio libertario. Aquí se resignifica la tradición de noviembre, pues se levantan ofrendas con otros muertos, otras letras, otras flores nuevas. Siempre hay estudiantes de teatro que ensayan sus obras. El otro día, en la Facultad se regalaban abrazos. También se llevan a cabo mítines y performances. No es raro ver el beso de dos chicas, ni a los novios arrunchaditos en el pasto. Y se puede gritar y correr y fumar cannabis. Sin embargo, qué limitadas son nuestras libertades políticas: los ciudadanos universitarios carecemos de voz en la elección del rector, así como en muchas otras decisiones. A veces no conocemos la trayectoria de un rector, en ocasiones sí la conocemos y nos resulta chocante; de cualquier manera, nos quedamos con cara de majes; o a lo sumo, platicamos con nuestros cuates, decimos lo de siempre, alzamos los hombros y seguimos nuestro camino.
This entry was posted
on jueves, noviembre 29, 2007 at 10:56:00 a.m..
You can skip to the end and leave a response.
3 Comments:
Al no ser egresado de la UNAM, me siguen llenando de curiosidad misterios como el espíritu universitario. Otro de los enigmas insondables para mi intelecto son el significado de la autonomía y la elección de rector (que creo están relacionadas, de alguna manera). Con tanto universitario ilustre que se pasea por estos cármenes trompeteros, me encantaría que se diera el debate. Así me ilustraría un poco sobre la naturaleza de una institución que, pese a los embates más o menos salvajes de la derecha, sigue representando un pilar básico de la nación.
Saludos.
Y vemos incendiarse la entrada de Rectoría, allí la voz de los estudiantes que puede apagrase con unos extintores.
CUERO: en la UNAM siempre hay resistencia frente a los embates de la derecha, eso sí que ni qué; pero lo que predomina es la apatía a la hora de hacer; no así la falta de reflexión o el debate.
LIDIA: o a veces se apaga sola, con el paso del tiempo.
Publicar un comentario