LA TROMPETISTA DE FALOPIO: COMPAÑEROS



COMPAÑEROS


Sobre todo Italo Calvino

Pero tengo mis libros. Pagué por algunos, otros fueron obsequios. A éste, como a tantos otros, le miré el lomo en un estante de biblioteca, me sedujo, lo traje a casa. A veces hay que andar senderos sombríos, pues no todo es fiesta y fortuna. Raindrops. Pero tengo mis libros, no del todo míos, mas siempre ellos, con hojas enmohecidas que devienen prados, o punto donde todo se encuentra comprimido, hasta que una señora prepara tallarines y origina la expansión del universo; hojas enmohecidas, mis hojas enmohecidas en que se levanta la posada que cuidan dos brujas, un castillo, una isla donde los leprosos cantan y bailan con flor de espino albar en los cabellos, una avenida inglesa, el suelo donde caen las joyas del ladrón redimido, una ciudad de plata, un sendero habitado por frutos dulces y setas y la nodriza Sebastiana.
Dice el prólogo a la letra:
No es que esperes nada particular de este libro en particular. Eres alguien que por principio no espera ya nada de nada. Hay muchos, más jóvenes que tú y menos jóvenes que tú, que viven a la espera de experiencias extraordinarias; de los libros, de las personas, de los viajes, de los acontecimientos, de lo que el mañana guarda en reserva. Tú no. Tú sabes que lo mejor que uno puede esperar es evitar lo peor. Esta es la conclusión a la que has llegado, tanto en la cuestión personal como en las cuestiones generales y hasta en las mundiales. ¿Y con los libros? Eso es, precisamente porque los has excluido de cualquier otro terreno, crees que es justo concederte aún este placer juvenil de la expectativa en un sector bien circunscrito como el de los libros, donde te puede ir mal o ir bien, pero el riesgo de la desilusión no es grave.
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9 Comments:

At 9:19 p.m., Blogger Esponjita said...

Un ser temeroso que apenas se atreve a asomar la nariz fuera de la casa, que no viaja más que cuando es fundamental, necesita de aquellos buenos amigos, que nunca le dicen tonta aunque ella relea la misma página mil veces, y que se cierran cuando el león está apunto de lanzarse sobre ella.

voy leyendo despacito su ponencia. luego, si me lo permite y donde usté considere conveniente, me gustaría discutir y preguntar algunas cosillas.

la esponja mimética

 
At 7:04 p.m., Blogger Santey Herco said...

Bienvenida.

 
At 11:54 p.m., Blogger Unknown said...

Tienes buen libro, interesantes y divertidos libros y una mana.

 
At 5:08 p.m., Blogger Livi Jazmín said...

ESPONJITA: ¡vamos por café! O cerveza. Discutamos en vivo y a todo color, antes que acabe el año.
EDNA Y COMPAY: Jajajajajaja ¡nada de eso suena convincente! ¡Nisiquiera mi post!
VOYEURS: tschá, nomás comentan cuando escribo cosas
a) polémicas b) cagadas c) barrocas.
"Tienes que sonreíiir sonreíiiir payasiiiito." Ahí se ven.

 
At 4:28 p.m., Blogger BESSIE CERÓN said...

ja,ja,ja,ja,ja

eso esta bien bonito

le cuento asi inicia un corto que le tengo que recomendar:

- oi decir una vez que los libros y los lectores estamos predestinados...y es verdad...uno sorprende aveces libros infinitos,
con mil acotaciones de leido y esquinitas dobladas a placer...es la demensia de todos los maniacos: lograr en cada hoja un cabala completo...como si todo prosiguiera a todo al mismo tiempo, abres el texto parrafo veintidos parrafo tres ... y es ese instante te convences: los libros y los lectores somos más que telepatas...

destaentamente: la guionista presumida..jo jo joic

 
At 4:28 p.m., Blogger BESSIE CERÓN said...

haic presgteme ese libro prestemelo prestemelo!

 
At 4:34 p.m., Anonymous Anónimo said...

Compañeros, sí; pero como Don Quijote y Madame Bovary entre muchos lo confirman, potencialmente peligrosos:

Mientras que la lectura sea para nosotros la instigadora cuyas llaves mágicas hayan abierto la puerta de esos aposentos en lo profundo de nuestro interior a los que no habíamos sabido como entrar, su papel en nuestras vidas es saludable. Por otro lado la lectura se vuelve peligrosa, cuando, en lugar de despertar en nosotros la vida personal de la mente, tiende a tomar su lugar, cuando la verdad ya no nos parece un ideal que sólo podemos alcanzar por el progreso íntimo de nuestro propio pensamiento y los esfuerzos de nuestro corazón, sino algo material, depositado entre las hojas de los libros como una miel completamente preparada por otros y que no nos demanda más que la molestia de estirarnos hacia los estantes de las bibliotecas y probarla entonces pasivamente en un reposo perfecto de mente y cuerpo.

Marcel Proust, citado por Alain de Botton en:
Cómo Proust puede cambiar su vida

Ya le dije que hacer con esas raindrops; un abrazo...

 
At 4:50 p.m., Blogger Esponjita said...

pos usté dirá, jejeje.
Deme una semanita nomás, que tengo que ir a defender a mi pobre tesis de los perversos sinodales...

la defensiva esponja

 
At 3:58 p.m., Blogger fgiucich said...

Los libros son mi mayor tesoro y sobre Italo Calvino hay mucho que decir: un extraordinario escritor. Abrazos.

 

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