LA TROMPETISTA DE FALOPIO: I. HISTORIA DE UN CASO ESCALOFRIANTE.



I. HISTORIA DE UN CASO ESCALOFRIANTE.

1. Acerca de mi primo S.
No estoy calificada para decir que S es un genio. Pero puedo asegurar que tiene un coeficiente intelectual altísimo. Cuando tenía tres años, aprendió a sumar y a leer solo. A los cinco, empezó a preguntarse cosas sobre el universo, el infinito y la nada. Ahora tiene seis años y es un erudito en Geografía; puede decir la ubicación de cualquier país, su forma, así como su capital y el mar u océano más cercano. También tiene un manejo impresionante de la información referente a historia natural. S ha tenido algunos problemas con el control de sus emociones y la socialización.
2. En mi casa
Antes del problema que les contaré, S y otra prima, dos años mayor que él, se quedaron a dormir aquí. Más de una vez, tuve la impresión clara de que alguno de los dos estaba atrás de mí. Sin embargo, no era así. En la noche, abrí la puerta del cuarto donde dejé a los niños, y me encontré a S despierto, sentado; lo cual me produjo una sensación muy desagradable, que me cuesta trabajo describir; he sentido algo parecido en algunos lugares, digamos que es una mezcla entre malestar y un temor inexplicable. Al otro día, los niños jugaron algo que llaman: “la reina mala,” y que consiste en que la niña (la reina) se vuelve mala, entonces le ordena al niño (su vasallo) cosas como “quema todo, que no quede nada.” Este juego también me produjo una sensación muy desagradable.
3. Los primeros síntomas y el sanador.
Recientemente, el niño comenzó a tener reacciones tales como cubrirse los ojos de pronto, y comenzar a llorar de un modo desesperado, sin razón aparente; esto le ocurrió en un lugar público, así como en su casa y en la de mis abuelos. No pudo verbalizar lo que sentía, pero pidió que, tras ser bañado, mi tía lo llevara completamente tapado hasta su habitación. Donde pidió estar solo y encerrado. Por su parte, cuando mi tía estaba cerca del niño, sentía como si alguien le sobara la espalda.
Mi familia visita a un señor que estudió medicina tradicional, pero que ahora se dedica a a la homeopatía y "el manejo de la energía." Es una especie de sanador que ha ayudado a mis tías y a mi abuela, cuando la medicina tradicional no rinde resultados; por ello, mi tía llevó a S, su hijo. Cuando el sanador pasó las manos por encima del niño, se le erizaron los vellos más de una vez, se le secó la boca y dijo percibir algo que no podía interpretar. También sintió “eso” dentro del consultorio, y de hecho, los péndulos con los que trabaja (mismos que detectan el campo electromagnético de la persona) se activaron en algunas partes del este lugar. Finalmente, el sanador dijo a mi tía que él no podía ayudarlos y que debían buscar a otra persona, capaz de interpretar que era “eso” que el niño tenía consigo.
4. Síntomas más severos.
La semana pasada mi primo S no pudo levantarse de la cama. Mi tía médico notó que el niño había perdido casi completamente el tono muscular; es decir, sus músculos estaban blandos, como los de un viejito. Asimismo, estaba completamente débil. Por otra parte, el niño tenía un olor desagradable y peculiar. Sin embargo, tras examinarlo, no encontró una causa para los síntomas, al menos no desde una perspectiva médica. El niño se rehusaba a comer, lo poco que comió fue con una petición muy clara a mi abuela: “como, pero vete, pues no quiero que nadie me vea comer.” De hecho, esos días pidió estar solo, bajo las cobijas, y encerrado en un cuarto, sin que se le molestara.
5. Curandera y recuperación.
Por recomendación de una vecina, el miércoles pasado, mi abuela llevó al niño con una curandera, quien dijo que alguien había hecho un trabajo de brujería, que quizá no iba dirigido al niño, pero que recayó en él. Pidió una prenda suya y su fecha de nacimiento. Cobró 50 pesos, y aseguró que S mejoraría el viernes, y que si no fuese así, ella devolvería los 50 pesos.
Efectivamente, el viernes, el niño se levantó, comió, jugó y en suma: los síntomas desaparecieron. Aunque, el fin de semana, mi familia pidió ayuda en una iglesia, y una señora dijo que el niño tenía "algo malo" (no visible para nosotros) colgado en un brazo.

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10 Comments:

At 10:04 p.m., Anonymous Anónimo said...

el mundo es más grande de lo que aparenta.
nunca he pasado por algo parecido, debe sentirse horrible.

 
At 12:35 p.m., Blogger LUDA said...

Donde esté el niño pongan una cámara o una grabadora el mayor tiempo posible.

 
At 7:56 a.m., Blogger La Mireles said...

Livi
Leí tu blog de día porque ya conozco tus historias escalofriantes.
Te cuento que cuando mi hermana estaba como de 5 años durante un mes mas o menos se despertaba todas las noches chillando horrible sin dejar que nadie se le acercara, su mirada perdida y ahuyentando "algo". Los médicos no encontraban la causa y una curandera lo hiso. Yo soy muy escéptica y (contradictoriamente) miedosa, pero creo que a mi hermana debieron haberla llevado a terapia por cualquier cosa..

 
At 10:33 a.m., Blogger fgiucich said...

Impresionante!!! Abrazos.

 
At 11:18 a.m., Blogger Esponjita said...

Aquí hay un problema de verosimilitud, tanto si es la narración de un hecho real como si es ficción: ¿qué quiere decir que no se encontró la 'causa médica' si no se pasó por el tortuoso proceso de análisis clínicos
(digo, nomás pregunto)

la ultraescéptica esponja pero que disfruta mucho el blog de Livi

 
At 10:26 a.m., Blogger Livi Jazmín said...

PIMIENTO ROSADO:así es, querida.
LUDA: ay no, qué mello, imagínate que salga el espanto.
ALE MIRELES: supongo que si eres miedosa, es porque concedes una posibilidad de existencia a entidades espantúdricas. Qué raro, lo de tu hermana. Y sí, quizá son cosas que se pueden explicar desde la psicología infantil.
FGICUCICH: ¿vedá que sí?
ESPONJITA QUERIDA: tienes razón. Mi tía llegó a la conclusión de que no había causa médica, a "ojo de buen cubero," su razonamiento fue: "no detecto otros síntomas que me indiquen la causa, por lo tanto, no hay causa médica." Se trata de un razonamiento falaz. Sin embargo ¿cómo explica usted, que el niño haya mejorado en tres días, sin intervención médica (suponiendo que hubiese tenido alguna enfermedad, susceptible de ser detectada mediante análisis clínicos)? Un abrazo.

 
At 11:57 p.m., Anonymous Anónimo said...

que onda prima, de saber que escribes cosas de miedo no las leería de noche, cambiara la agenda a luz solar.

 
At 9:04 a.m., Anonymous Trompetista de Falopio said...

Hey, ¿qué primo o prima eres?

 
At 9:11 p.m., Anonymous Anónimo said...

Juan Carlos!!! del meritito Monterrey, iññor

 
At 7:16 p.m., Anonymous Trompetista de Falopio said...

Jajajajajaja, Juan Carlos, ¡el abogado peludo! Un abrazo hasta el norti.

 

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