Nota preliminar: éste era un blog sensato, no un diario de eventos sociales. ¡Me reivindicaré!

La ponencia (Puche aquí para ver el texto)
Aquel día los amigos entramos a la alberca; luego fuimos a la playa, donde todo nos parecía asombroso: piedras incrustadas, conchas, un pez muerto en la orilla; con decirles que levantamos un cacho de naranja relleno de arena colorida, así nomás, para contemplarlo con jubilosa cara de tarugos. Nadé, hice bucitos, ingerí mi reglamentaria Pacífico, me eché un chagüer; de modo que llegué relajada al lugar de exposición. Los integrantes de mi mesa eran una venezolana, una uruguaya y un alemán. Todos estábamos contentos; creo que la razón era nuestro kit de ponentes, que incluía un pluma de gel, un bonito portafolios, un block de notas, un gafete con nuestros respectivos nombres, un programa (inconseguible a esas alturas) y un pulparindo.
Yo fui la segunda en presentar ponencia. Casi no trastabillé, ni disminuí el volumen, ni apresuré la lectura, pues una noche antes, en la habitación del hotel, acomodé los cojines a manera de público y leí frente a ellos; nocierto, fueron mis amigos quienes me escucharon con reloj y libreta en mano. Cuando terminé de exponer, temí dos cosas: la realización de preguntas que yo no pudiese contestar, o bien que mi tema no despertara pregunta alguna; por fortuna alguien levantó la mano, cuestionó; sentí un mareo, a pesar del cual contesté con sensatez. Ese lunes, agotada, salí con mis amigos rumbo al hotel, queríamos ponernos guapos para bailar en el Bora Bora.

El idilio
¡Hasta que me van a conocer uno con zapatos!
El lunes la banda estaba en el Bora Bora. Yo veía cómo los filosofoides perdían pudor en la pista de baile, entonces se acercó Miguel Tormentas y dijo: ya me voy a planchar oreja, pero mi amigo quiere quedarse, ahí te lo encargo. Obediente, no solté al joven ponente esa noche, ni durante la semana entera. Cada día encontré en él cualidad y atenciones nuevas. Me gustaron el tiempo en juntura, el beso en la mano, las palabras confitadas. Primero dije que no, luego que sí. Conservo el encargo, como quien dice: me quedo con este muchachito españolado. 
La experiencia mazatleca. Recapitulación
¿Ven bien mis ojos? ¿Acaso Pablo "el posmoderno" entró a Burger King? Tssss.

Como experiencia académica no puedo decir gran cosa; entré a pocas mesas y acaso dos ponencias me gustaron mucho. Además, aquello no parecía congreso filosófico, pues en vez de llevarse a cabo en salas y auditorios universitarios, la sede fue un hotel náis, de modo que resultaba contrastante que hubiese tanta ponencia de la onda nuestroamericana, entre puro turista gringo y pudiente.
Lo que puedo contarles con gusto es que en Mazatlán hay un faro, que en el malecón se levantan monumentos al pescador, a la cerveza y a las pulmonías (una suerte de taxis jeeps.) Qué decir de las sinaloenses: son grandotas, de ojo rasgado y frondosas. En la playa se puede caminar libremente en deshoras, y en la orilla se encuentran piedras tersas coloridas.
En fin, hubo de todo: bailongo, desvelo, caminatas playeras bajo el sol que reverbera, café, luminarias filosóficas, fiesta de espuma, competencia de natación en la que vencieron los fumadores, inundación en nuestro cuarto, harta cerveza y harta risa con los cuates, mariscos zarandeados, crepúsculo en la playa y un romance como los de antaño.
Fabi, Cynthia, su servidora, Edna y Pablo (bendito entre estas Venus)
Agradecimientos-Al lector que me ofreció su favor mecénico.
- A mi mana (porque mana sólo hay una), quien hizo el papel de doctora corazón, fotógrafa personal, porra, asesora de imagen y pareja de baile bajo un chorro de espuma.
- Al Pablo, quien me dio cachetadas guajoloteras toda vez que quise abandonar la ponencia.
- A Miguel Tormentas, por el encargo mencionado, porque me invitó una chela y porque escuchó mi ponencia en compañía de
Cavallazzi.
- A
Santiago y a
Janik (misma levantó un letrero con la leyenda “aplausos” al finalizar mi ponencia.)
- A Cynthia y a Fabi, por su ejemplar papel de compañeras de cuarto.