LA TROMPETISTA DE FALOPIO: DE MI NUEVO TRABAJO



DE MI NUEVO TRABAJO

Busqué trabajo durante tres meses. Encontré algunas cosas, pero ninguna con un sueldo decente y sin el requisito de venderle el alma al diablo. Estaba contenta por mis proyectos y por mi trabajo monero, pero triste por no hallar una chamba estable; hasta que, hace una semana, entré como correctora, redactora y mediotraductora a una empresa de publicidad farmacéutica. Supongo que a algunos les sonará feo. Pero yo me siento muy contenta, pues estoy aprendiendo y por fin tengo un ingreso decente y estable.
Lo que más me gusta de este nuevo trabajo es la gente. Casi todos son amables y como de mi edad. Un médico, también joven, más que jefe es mi compañero; es un pan. Dado que estamos en fechas navideñas, ellos juegan al “amigo secreto,” o sea: cada quien recibe regalos de alguien cuya identidad desconoce; así, aparece una pequeña botella con alipús en el escritorio de fulanito, unas estampas en la computadora de menganita, una bolsa de chicharrones colgando de la ventana, para perenganito, etc. Oficialmente, yo no tengo un amigo secreto, pues los papeles se repartieron antes de mi llegada; sin embargo, ayer recibí, de un modo no secreto, una moneda de chocolate; y hoy, cuando regresé de comer, encontré una cajita con moño y chocolates. En otro tiempo, esto me hubiera parecido cursi y bobo. Pero ahora, lo que veo es una bienvenida y una muestra de cordialidad.
Mis compañeros son médicos y diseñadores. Entiéndase: es un contexto rarísimo para mí. Algunos me hacen preguntas: “¿es correcto decir tal cosa? ¿Qué crees que signifique tal expresión? ¿Cuál es la aplicación de la filosofía?” Los médicos me han dicho que cuando me mandan un mail, les da pena que esté mal escrito, y hay los que me tratan como una compañera más.
En buena medida, estoy pasándomela bien debido a que sé que no estaré ahí durante mucho tiempo. Lo más seguro es que haga una maestría, un doctorado y que más adelante encuentre algo cercano a mis ideas, ¡espero que así sea! De cualquier modo, cuando vuelvo de la oficina veo a los trabajadores con los pantalones roídos, los zapatos gastados, las manos curtidas, veo su fatiga. Me siento triste, porque sé que muy probablemente ellos pasarán el resto de su vida haciendo un trabajo duro, monótono y muy mal pagado. Entonces confirmo lo que realmente quiero: encontrar mi trinchera y asumir mi responsabilidad social.

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4 Comments:

At 11:19 p.m., Blogger Esquina Tijuana said...

difícil eso de encontrar empleo sin vender el alma al diablo, con ingresos decentes y donde uno se sienta en el sendero correcto rumbo a la realización profesional [o al menos rumbo a mejorar el mundo, como si fuera poca cosa].

interesante el mosaico de personajes que describes, e interesante la reflexión a la que llegas al final respecto a los otros...

saludos!

 
At 6:56 a.m., Blogger fgiucich said...

Muchas y buenas noticias. Me alegro por tí. Abrazos.

 
At 12:41 p.m., Blogger Montserrat Algarabel said...

¡Felicidades por tu nuevo trabajo! Yo también hago correcciones y traducciones (pero freelance, no tengo oficina, salvo mi escritorio) y en verdad es un trabajo interesante y bastante bien pagado. Y si: cuando uno se da cuenta en la calle de cuán jodida está la mayoría de la gente, por un lado se siente el alivio de que lo que uno hace le aporta satisfacción y, por otro, se siente un feo hueco en el corazón :(
Un saludo, n.

 
At 8:51 p.m., Blogger Livi Jazmín said...

ESQUINA TIJUANA: sí, caray, yo no le vendí mi alma al diablo, pero le vendí casi todo mi tiempo a una empresa. De cualquier modo, es parte del camino, ¿no?
FGIUCICH: gracias y abrazos de regreso.
NIMBEMON: fíjate que yo estaba freelanceando, pero creo que el freelance no es para las personas que, como yo, queremos planearlo todo. En fin, muchos saludos :)

 

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